NEUQUÉN (AN).- El gobernador Jorge Sobisch pidió a su sucesor Jorge Sapag que defienda el predio de 127 hectáreas que fue del Ejército y donde se levanta la Ciudad Deportiva, de los "oportunistas" que quieren construir viviendas en esas tierras. No los nombró pero se refería a los nucleamientos que presionan sobre el gobierno para que este tipo de terrenos sean loteados para los que menos ingresos tienen.
Sostuvo que la inauguración de este nuevo espacio "es un acto de estricta justicia" para las miles de familias que viven en planes habitacionales sin plazas ni emplazamientos recreativos, como Ciudad Industrial, un barrio de torres ubicado al norte de la ciudad, puso de ejemplo.
Y apreció que la proyección de esta iniciativa que agrupa a todas las disciplinas del deporte será palpable en dos décadas, como lo fueron otros emprendimientos deportivos de Neuquén.
El gobernador Sobisch cerró ayer el acto de inauguración de la Ciudad Deportiva, que funciona en el barrio La Sirena, en tierras que hasta 2003 pertenecían al Ejército. También desde ayer funciona en las flamantes instalaciones la secretaría de Juventud y Deportes.
Durante la ceremonia se entregaron contratos de comodato a 27 instituciones deportivas con destino a la construcción de canchas e instalaciones para la práctica de distintas disciplinas.
Las organizaciones beneficiadas están obligadas a ceder gratuitamente el uso de sus instalaciones a la comunidad y a las escuelas.
Acompañado de todo su gabinete, su esposa Liliana Planas y una nieta, todos sentados en la primera fila, Sobisch se emocionó al recordar sus primeros pasos y los de sus hijos en el club Independiente. "El Estado no debe hacer viviendas solamente, sino también apostar al deporte, a la cultura y a las bibliotecas populares", dijo.
Sorprendió a la platea cuando convocó "a todos a no ceder a las presiones de los oportunistas electorales. Hay muchos terrenos para hacer viviendas, usemos ésos. Éste -remarcó la palabra- es para la cultura, el deporte y no lo vamos a ceder".
"Aspiro a que las próximas autoridades sigan por este camino", agregó en medio de vítores, cánticos y aplausos provenientes especialmente de los colaboradores que lo han acompañado en su administración.
"Aquí está el gabinete que me acompañó y se irá conmigo, aunque parece que algunos seguirán", agregó Sobisch en broma. Sus funcionarios rieron y aplaudieron a rabiar, excepto el diputado Manuel Gschwind, que se mantuvo adusto, tal vez por las versiones ayer desmentidas de que ocuparía un ministerio con Sapag.
