SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El fiscal Enrique Sánchez Gavier pidió que le impongan un año y medio de prisión de cumplimiento efectivo a Javier Alejandro Villarroel, por el robo de un equipo de sonido de una camioneta 4x4, hecho que quedó en el grado de tentativa, porque al acusado lo detuvo la policía instantes después.
La pena puede parecer exagerada comparada con otras, pero el acusado tenía antecedentes penales y había sido condenado en dos oportunidades. Además, gozaba de salidas transitorias cuando trató de cometer el nuevo robo, y por eso debió aguardar el juicio en prisión, desde hace más de un año.
El procesado fue sorprendido por los propietarios del vehículo cuando ya se había apoderado del estéreo y estaba desmantelando los parlantes, pero lejos de acobardarse escapó llevándose parte de los elementos, y amenazó a los damnificados "con algo que tenía debajo de la campera".
El hecho que le adjudican a Villarroel, de 27 años, ocurrió a las 17.30 del 10 de octubre de 2006 en la calle Palacios entre Doce de Octubre y Vicealmirante O Connor, en pleno centro de la ciudad.
De acuerdo a la acusación, Villarroel utilizó una ganzúa o algo filoso para violentar la puerta derecha de la camioneta Nissan Pathfinder y ejerció violencia sobre el equipo de música del vehículo para desarmarlo, y luego pasó al asiento trasero para retirar los parlantes. En esos momentos se presentó el propietario del vehículo, pero después de realizar una velada amenaza a la pareja, el ladrón guardó el estéreo en una bolsa y escapó, hasta que los ocupantes de un patrullero lo detuvieron.
Antecedentes
En abril de 2006, seis meses antes de que lo acusaran por el robo del estéreo a Villarroel le adjudicaron haber conducido el auto que trasladó y ayudó a escapar a los ladrones de una rotisería, y lo condenaron como partícipe secundario a 3 años y 7 meses de prisión. A los que ingresaron al comercio, en cambio, Lucas Bascur, de 18 años, y Héctor Guevara, de 22 años, le impusieron 7 años de prisión.
En esa oportunidad, la fiscal Mirta Siedlecki acusó a Guevara y a Bascur de haber ingresado al local ubicado en Costa Rica y Caracas y haber apuntado con una escopeta calibre 16 y con un revólver a la propietaria del comercio y a otras personas que se encontraban en el lugar. A Bascur lo ubicó portando la escopeta con caño y culata recortada, con la que le propinó un culatazo en la cabeza a un damnificado, antes de apoderarse de aproximadamente 300 pesos, un equipo de música y un teléfono celular, entre otros objetos, y a Villarroel conduciendo el Ford Escort de su madre, en el que escaparon.