VIEDMA (AV)- El ministro de Gobierno, Iván Lazzeri, no tiene paz con los interventores de la UCR ni con el intendente de Roca, Carlos Soria.
Ayer, en la Casa de Gobierno, renegó de tener que rendirle pleitesía a Gerardo Morales y "su séquito de alcahuetes", en referencia a los interventores de la UCR rionegrina, Juan Manuel Moure y Juan Octavio Gauna.
La ironía fue parte de la respuesta a una pregunta relacionada con las reglas de juego que estableció la intervención: volver a afiliarse expresando la fe doctrinaria y explicitando el aval a la postura nacional anti kirchnerista.
"Rechazo las formas, estábamos reclamando la normalización pero no este estado policial que intentan establecer jurando amor eterno con Morales y estas personas que "se van de noche (a Buenos Aires) y se comunican con nosotros desde allá", dijo Lazzeri.
En cuanto al reclamo de los intendentes justicialistas para reunirse con Miguel Saiz lo más pronto posible, dijo que el tema se está tratando al más alto nivel aunque "los tiempos los definirá el gobernador".
No obstante, tuvo duros conceptos hacia los planteos que viene haciendo el intendente de Roca. A su juicio, "está haciendo declaraciones y tratando de instalar la idea de que Río Negro está en un crisis terminal. Pareciera que sólo por eso hay que hablar con él".
Agregó que pareciera que "tiene una receta mágica para resolver el problema y que sólo ve la gravedad que manifiesta, por lo tanto, rechazo que debamos hablar casi en una situación de emergencia". A su entender, la obligación del gobierno es mantener un diálogo tanto con los justicialistas como los que integran otras fuerzas.