PARANÁ (Télam).- El adolescente de 17 años imputado del triple crimen de Colonia Yeruá fue a la quinta del secretario judicial Miguel Bressán, con aparentes intenciones de matar a la esposa de éste, aunque al dispararle y ser insultado por su padre, lo asesinó junto a su bebé, según revelaron ayer fuentes vinculadas a la pesquisa.
"¿Qué hacés guacho de mierda?, ¿Qué hacés hijo de puta?", le gritó Bressán a su hijo cuando atacó a su esposa, María Ofelia Taleb, lo cual exacerbó al muchacho, quien en ese momento le disparó y lo mató, junto al bebé de un año y ocho meses, precisaron los informantes.
De acuerdo a las fuentes, el chico le contó al juez que el domingo último fue a la quinta de Colonia Yeruá con la intención de matar "únicamente a la gorda", en referencia a Taleb, y que la situación se agravó al recibir los insultos de su padre.
Las fuentes admitieron que el adolescente relató ante la Justicia que su padre, quien se había casado con Taleb y tenía un bebé de un año y ocho meses, le pasaba a su madre con quien continuaba una relación clandestina sólo 700 pesos por mes, lo que les impedía vivir dignamente. De ese dinero, 500 pesos debía destinarlos al alquiler de una humilde vivienda, situada a sólo cuatro cuadras de la del funcionario, que se hallaba en un predio de mucha más categoría y con todo tipo de comodidades.
Por el contrario, el adolescente, su madre y sus tres hermanos que según la mujer son también hijos de Bressán aunque no fueron reconocidos ocupan una precaria vivienda situada junto a un arroyo, en la que funcionó un taller mecánico.
Los voceros explicaron que a lo largo de su declaración el chico imputado insistió en la fuerte discriminación que sufría junto con sus otros tres hermanos de parte de su padre. Según su relato, Bressán cada vez que iba a su casa lo que aparentemente hacía a diario no les prestaba atención a sus hermanitos de 6, 12 y 15 años.
El chico reconoció que el secretario judicial, cada vez que su mujer se iba de viaje, los llevaba a él, a su madre y a sus hermanos a la casa del campo y que, en algunas oportunidades, cuando Taleb se enteraba, "había grandes discusiones".
El adolescente dijo que cuando iba a la casa se daba cuenta de lo distinta que era la vida de su medio hermano de un año y ocho meses.
En su declaración judicial, el imputado expresó que la esposa de su padre, Taleb, no les permitía acercase a la casa y que, cada vez que lo veía, le gritaba "bastardo de mierda".