En Australia comenzó anoche la apertura de los colegios electorales para que se celebren los comicios parlamentarios, en los que 13,5 millones de votantes están convocados a las urnas.
Tras 11 años de coalición gubernamental conservadora, según recientes encuestas se perfila un cambio de poder, ya que el favorito sería el jefe laborista y ex diplomático Kevin Rudd, frente al primer ministro John Howard, del Partido Liberal. Rudd, de 50 años, precisa ganar 16 escaños adicionales en el Parlamento de 150 miembros para lograr la mayoría. Algunos sondeos apuntan que obtendrán más de 20.
La popularidad de Howard, de 68 años, ha caído no tanto por sus políticas sino porque hay un anhelo de cambio en un país que se desarrolló próspero durante su mandato. Hay una sensación de que el premier ha sido lento en responder al desafío del cambio climático y egoísta en querer retener el poder. Por otra parte está la decisión del premier de comprometer a las tropas australianas en Irak y seis subas de las tasas de interés desde su última victoria electoral en el 2004.
Los logros de Howard son claros, en una de las economías ricas de más rápido crecimiento en el mundo. El desempleo está en su punto más bajo de 33 años. Rudd, que se convertiría en el primer ministro con menos experiencia en la historia de Australia desde la Segunda Guerra Mundial, ha capitalizado el desencanto hacia Howard al ofrecer políticas casi idénticas en un resplandeciente paquete nuevo. Prometió no emular a pasados gobiernos laboristas, retener la alianza militar con EE. UU. y continuar las buenas relaciones con China, Japón e Indonesia. (DPA)