BUENOS AIRES (ABA).- "La rosca militar no se tolera más...No va más..". De esta manera, una alta fuente del gobierno se refirió a la decisión del presidente Kirchner y de la ministra de Defensa, Nilda Garré, de echar al jefe de inteligencia del Ejército,Osvaldo Montero, por "tratar de esmerilar" la figura de la funcionaria -ratificada por Cristina Fernández para seguir en ese cargo-, con el propósito de "posicionarse" dentro de esa fuerza.
El vocero reveló a "Río Negro" que en el gobierno se dejó al margen de las "intrigas" al titular del arma, general Bendini, y al actual ministro del Interior, Aníbal Fernández, aunque deslizó que Garré alberga serias dudas sobre el comportamiento del subjefe, general Luis Pozzi, lo que da también aliento a versiones sobre su inminente pase a retiro.
"Esta operación demostró una vez más que cada vez que los militares se quieren meter en política, hacen macanas", deslizó la fuente.
Las primeras informaciones le llegaron a Garré desde la SIDE. Al profundizar la investigación, determinó que el general Montero aspiraba a llegar a la subjefatura del Ejército y que para ello distribuyó noticias negativas sobre su persona y alentó la llegada de Aníbal Fernández a Defensa. "Aníbal - aclaró el portavoz - no tuvo nada que ver. Es muy pícaro e inteligente para meterse en una operación tan burda. Fue una típica maniobra militar".
"La ministra nunca lo bancó como dijeron algunos medios. Es más, siempre opinó que ese general era mediocre y tenía dudas sobre su accionar y honestidad", abundó la fuente.
Al comunicarle las novedades a Kirchner, el presidente la instruyó de la siguiente manera: "Echalo, pero con bajo perfil". Garré así lo hizo. En la explicación del pase a retiro, no obstante, puso términos duros, que luego fueron "suavizados" por el general Bendini, lo que originó un nuevo roce interno, que pasó desapercibido. Es que en la Rosada se decidió bancar a Garré sin soltarle la mano al jefe del Ejército. "Bendini - confió el vocero a este diario - está más allá del bien y del mal. Está al margen de este episodio".
Las sospechas de Garré se hicieron extensivas al general Pozzi, porque éste en un acto anduvo pregonando que el ministro de Defensa sería Aníbal Fernández.
Sorprendieron ayer los titulares de los principales diarios porteños. El gobierno, que trata de dar por superado el hecho, culpó al jefe de inteligencia desplazado. La trascendencia real se notará cuando en breve se conozcan las listas de ascensos y retiros.