Jueves 22 de Noviembre de 2007 Edicion impresa pag. 48 > Sociedad
La Dogo que salvó al pescador
Pese a la mala fama de su raza, "Eva" rescató a un hombre que se ahogaba.

NEUQUEN (AN).- "El hombre salió abrazando a la perra, había tragado agua a más no poder y tuvimos que hacerle primeros auxilios. Cuando reaccionó, la perra le pegaba lengüetazos en la boca, y él le decía 'nunca me voy a olvidar de esta perra, nunca me voy a olvidar de vos'. Eso, a mí, medio que me daba risa por los lengüetazos que se daban".

Marcos Escobar, de 32 años, es el dueño de perra Eva, una Dogo Argentino que el lunes rescató de las aguas del río Neuquén a un pescador que se enredó con las raíces de un sauce y perdió el equilibrio.

El muchacho, que vive en el barrio Ciudad Industrial cuenta que el hombre, cuyo apellido sería Trujillo, estaba pescando y tenía una mochila que no se animaba a largar.

"Lo encontramos cuando estaba agarrado a un árbol y quise sacarlo pero estaba enganchado abajo, con las raíces, parece. Yo le ayudé al principio pero en un momento se soltó y lo perdí. Dejé de ver a la perra y me dijeron los pibes que estaban conmigo que apareció de abajo, con el hombre abrazándola", cuenta Escobar quien adora a la perra que eligió entre otras cuatro crías de Dogo.

"La elegí porque era la más chica. El vago que me la regaló no lo podía creer porque todos eligen a los cachorros más grandes. Ésta pesaba un kilo doscientos gramos y los hermanitos pesaban cinco kilos", dice Escobar quien cuenta que conoce del río tanto como de primeros auxilios.

Cuando Eva podía dormir en un trapo de piso y le sobraba espacio, "yo la empecé a llevar conmigo y aprendió a nadar, nada desde que tenía tres meses", aseguró el propietario del can de orejas cortadas en punta y de bocaza enorme e intimidante.

"Voy siempre al río, está cerca. De primeros auxilios conozco porque trabajé en Defensa Civil durante algunos años y por eso pude hacerle largar el agua a este hombre que, por lo que me dijo, es de Zapala", contó Marcos quien se siente 'abuelo' pues hace tres meses Eva parió trece cachorritos.

De la aventura que tuvo como escenario los recodos más bravos del río Neuquén, a la altura del Cañadón de las Cabras, Escobar dice que hubo un saldo negativo. Es que tuvo que mojar su calzado de cuero, se pasó de frío y la perra sufrió una lesión en la pata delantera izquierda.

Sobre Eva dice que es "un amor de animal" más allá de la mala fama que tienen los Dogos argentinos.

Tras el rescate y el auxilio Marcos y sus amigos llamaron a la Policía pero hubo tardanza. "Cuando llegaron, el hombre ya estaba bien. Fue todo emocionante, lo raro fue que la perra de hundió en el agua, eso nunca lo había hecho antes", dijo.

"El hombre me dijo que la vio, que la tuvo frente a frente debajo del agua, y también me dijo que se había asustado pero no por la perra sino por el tatuaje (la Santa Muerte) que tengo en el brazo", completó Escobar.

Ayer por la tarde, la grandota Eva no tuvo problemas es mostrar sus dientes.

"Ahora nada de nadar", jugó con las palabras Marcos, feliz y acompañado, en un recodo de la calle 6 de Ciudad Industrial.

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