Cuatro de las víctimas del ex prefecto Héctor Febres, enjuiciado por crímenes cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), reclamaron ayer que se lo condene a 25 años de cárcel por "genocidio" y las torturas y privación ilegal de la libertad que sufrieron en ese centro clandestino.
Vestido con traje, Febres volvió a la sala de audiencias para escuchar las acusaciones en su contra y, tras el alegato de los querellantes, se retiró con la cabeza gacha mientras los presentes aplaudían el pedido de condena y gritaban "30.000 desaparecidos, presente".
Aunque está procesado por numerosos crímenes en la megacausa Esma, Febres, alias "El Gordo Daniel" o "Selva", enfrenta aquí su primer juicio por los casos de los sobrevivientes Carlos Lordkipanidse, Carlos García, Julio Margari y Josefa Prada de Oliveri (embarazada de 4 meses al ser secuestrada).
Hoy, desde las 10, el Tribunal Oral Federal 5 escuchará el alegato de la fiscal Mirna Goransky. El dato que plantearon las querellas al pedir la condena no es menor.
El abogado Rodolfo Yanzón, representante de varias de las víctimas, siguió el procedimiento de reclamar la pena en función de los delitos llevados a juicio. Pero sus colegas Myriam Bregman y Laura Mazeia, en nombre de Lordkipanidse, apostaron a la pena por "genocidio", en base a los pactos internacionales y a las condenas contra el ex policía Miguel Etchecolatz y el cura Christian von Wernich.
Según se fundamentó, "el Estado tiene el deber de investigar los crímenes de derechos humanos y evitar la impunidad. Y los que cometen genocidio deben ser castigados porque se trata de hechos inusuales e ineludibles. La solicitud de condena por genocidio no es un cambio en la causa sino la realidad de la descripción de los hechos". "Este tribunal debería condenar a Febres por genocidio. Se trata de hechos que, aunque parezcan cometidos por inhumanos, fueron realizados por seres humanos que pueden hoy estar sentados aquí para ser juzgados", advirtieron las abogadas. (DyN)
