ROCA (AR).- Un hombre que fue detenido sospechado de cometer una violación, denunció ante la Justicia que fue violado por otro preso que estaba ocupando el calabozo donde fue alojado.
Según dijo, el hecho ocurrió en la comisaría 21 de esta ciudad, pero además se está investigando si existieron irregularidades por parte del personal policial.
En primer lugar, se trata de determinar cómo supo el otro detenido, que la persona recién ingresada estaba sospechado de haber cometido un delito sexual.
En segundo, porque no debería haber sido alojado junto a otros detenidos, ya que en el ambiente delictivo, se suele abusar de aquellos que cometieron o están sospechados de cometer un delito de esta naturaleza. Este dato no es menor y no es un secreto para los policías, por lo que se deberían haber tomado recaudos que -de haber ocurrido así- no se tomaron.
La denuncia fue realizada ante la fiscal Ana Benito, quien sólo confirmó que había una investigación iniciada, aunque recién se están llevando a cabo las primeras diligencias.
Incluso, señaló que aún no había podido tener una entrevista con la persona que denunció haber sido violada. Este contacto estaba previsto, según adelantó, para hoy o mañana.
Mientras, se investiga quienes estaban de guardia durante el ingreso del sospechoso a la unidad policial. Para ello se habría pedido los nombres de los uniformados, y en las próximas horas también serían citados a declarar.
De confirmarse los hechos denunciados, se estaría ante un caso gravísimo ya que el Estado, en este caso a través de la Policía, es quien debe velar por la seguridad de toda aquella persona que es detenida, y mucho más si se trata de alguien que ni siquiera fue llevada a juicio.
Los casos de "justicia por mano propia" con detenidos por delitos sexuales, no son nuevos incluso en la región. Es por ello que en las cárceles, son alojados en pabellones aislados y no tienen -generalmente- contacto con el resto de la población carcelaria, justamente para evitar estas "represalias".
Uno de los casos más aberrantes ocurridos en la región, fue el que tuvo como víctima a Enzo Pérez, un joven cipoleño que fue trasladado a la alcaidía de Roca acusado de intentar abusar de una mujer y su hija el 5 de abril de 2002.
No alcanzó a pasar 24 horas en la cárcel cuando llegó una planificada y brutal venganza de otros presos, que incluyó vejaciones con caños galvanizados que habían sido calentados al rojo en los mecheros, además de arrojarle agua hirviendo y someterlo a una bestial paliza.
Pérez estuvo en coma 81 días y falleció debido a las terribles lesiones sufridas.
Sus atacantes nunca fueron identificados.
El 7 de junio pasado, la Justicia ordenó al Estado rionegrino a indemnizar a la familia de Enzo Pérez, con más de medio millón de pesos, justamente por no haber brindado seguridad a una persona alojada en una cárcel.
De todos modos, ninguna cifra podrá compensar la pérdida de una vida.