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	Los vecinos allenses creen que con las tomas podrán solucionar el problema habitacional.

ALLEN (AR).- La proliferación de tomas ilegales en diversos sectores parece no tener fin en Allen. El fenómeno no tiene precedentes ya que en poco menos de 10 días las ocupaciones de tierras se han multiplicado: tal es así que hoy más de 500 familias están usurpando terrenos en 9 puntos diferentes de la localidad.

Todo comenzó con una toma en la calle Bahía Blanca, en la zona este, donde varias familias se apropiaron de tierras adquiridas por la municipalidad. Sin embargo, con el correr de los días el número fue creciendo y los mismos ocupantes se encargaron de hacer un registro. Según comentaron ayer, existen 350 familias ya radicadas en un sector que abarca más de 16 manzanas que el municipio pensaba ceder para un plan de casas.

No obstante, al parecer la iniciativa cobró eco y se replicó, y sólo durante este fin de semana el número de tomas pasó de 1 a 9. Dos de las más numerosas, además de la calle Bahía Blanca que los usurpadores llaman "barrio Porvenir", están ubicadas en proximidades al acceso Güemes y la otra en la zona norte. Precisamente en este último sector se encuentran otras 6 más.

En todas el panorama es el mismo. Cientos de precarias casillas hechas con trozos de madera y plásticos, cercadas

y divididas -en algunos casos por alambres o cintas de nylon- se ven desperdigadas entre las tierras hasta este momento desocupadas.

Desde el municipio se reconoció el grave problema y el intendente Carlos Sánchez declaró que se efectuará un "relevamiento social" para conocer las necesidades concretas de la población y descartó que, pese a las denuncias ya existentes en manos de la justicia, se proceda a un desalojo compulsivo. Desde distintos sectores, se barajó la hipótesis de una presumible "movida política", y la posible ligazón de tal situación al conflictivo panorama institucional generado tras las elecciones municipales, cuyos resultados aún están en disputa entre los dos candidatos más votados.

Bruno, un joven de 27 años, que se encuentra en pareja desde hace cinco años pero no tiene hijos, permanece sentado desde la medianoche del sábado en un pequeño banquito sin quejarse. Dice que está allí porque no ve ninguna otra forma de poder lograr un terreno, y

mucho menos una casa.

A varias cuadras de allí, en la toma más "antigua", una reunión de "delegados" comentó a los ocupantes los alcances de la última charla con autoridades municipales. Se mostraron conformes porque, según dijeron, su postura fue entendida y aprovecharon para pedir que la comuna les venda los terrenos. "Nosotros acá nos metimos por necesidad. La necesidad de un techo, nadie nos está moviendo ni estamos fomentando otras tomas. Queremos que eso quede claro. Tampoco queremos que nos regalen nada, pedimos que nos vendan las tierras y nos pongan cuotas accesibles porque de algún modo las vamos a pagar", señalaron otros vecinos de "Porvenir".