PARÍS (AFP/DPA) - El paro de transportes públicos contra una reforma de los regímenes especiales de jubilación que ayer cumplió su sexto día en Francia , continuará hoy, coincidiendo con una huelga de empleados públicos y de docentes. Mientras, aumentan los signos de la disposición a negociar, pero también el hartazgo de los franceses que sufren el caos circulatorio.
Ayer, menos de la mitad de los trenes de alta velocidad TGV funcionaron, lo que supone una mejora respecto a los días previos, al regresar los trabajadores gradualmente a su labores al conocer las conversaciones de mañana. Sin embargo, el tráfico de metro y autobuses en París siguió sufriendo graves interrupciones, con uno de cada cinco metros en funcionamiento y un 30% de los autobuses operativos.
Los huelguistas cuentan unir sus fuerzas con los funcionarios de la administración pública, que el martes suspenderán su actividades en protesta contra un proyecto de supresión de puestos de trabajo (22.900 en 2008) y en favor de un aumento de sueldos.
La convocatoria concierne a los 5,2 millones de funcionarios y podría causar problemas en los aeropuertos, pues, por ejemplo, los controladores aéreos son empleados del Estado.
Ayer, "todas" las asambleas generales de los ferroviarios aprobaron continuar la huelga, según los sindicatos de la empresa pública de ferrocarriles SNCF. De su lado, la dirección de la SNCF estimó que el tráfico ferroviario mejorará levemente hoy.
La administración del transporte público de la región parisina (RATP) -metro, bus y tranvía- prevé para hoy un tráfico perturbado en todos los servicios. Cuatro de los sindicatos de la RATP decidieron mantener la huelga, pero tres sindicatos de cuatro que apoyan la medida de fuerza, anunciaron que también participarían en las negociaciones tripartitas de mañana.
El director de la RATP estimó el lunes que "las condiciones se cumplen para salir de la crisis".
La CGT, primer sindicato en la RATP, explicó que "fue acordado con los sindicatos" pues el "lunes era demasiado pronto para organizarse y el martes deseamos una convergencia de luchas" con los funcionarios.
La huelga de los transportes en Francia está suponiendo un costo de "entre 300 y 400 millones de euros al día", afirmó ayer la ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, que sin embargo aclaró que es "difícil de calcular" el costo diario y que esa cifra es aplicable fundamentalmente en París y su periferia.
De su parte, el consejero social de la Presidencia, Raymond Soubie, dijo que espera un retorno a la normalidad en los transportes públicos "para mediados de esta semana".
La vista está puesta ahora en la primera reunión de negociación tripartita entre sindicatos, direcciones y gobierno -aceptada por los gremios ferroviarios- que debería celebrarse mañana .
La SNCF se declaró dispuesta a comprometer entre 90 y 100 millones de euros por año para satisfacer reivindicaciones de los trabajadores del sector a cambio de la reforma de sus regímenes especiales de jubilación.
El gobierno del presidente conservador Nicolas Sarkozy, que lleva seis meses en el poder, ya no pone como condiciones para negociar, como la suspensión de la huelga, limitándose a pedir que se inicie "una dinámica de reintegración al trabajo".
Las negociaciones en cada empresa "no se hacen para anular el paso a los 40 años" de cotizaciones, advirtió sin embargo el ministro de Trabajo, Xavier Bertrand. Hoy, el tráfico en las rutas y autopistas debería una vez más conocer condiciones tan difíciles como las del lunes, en que se registraron unos 200 km de atasco en torno a París (47% más que lo normal) y 530 km en toda Francia.