SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- "Un antiguo colectivo urbano sale de un pueblo pampeano rumbo a la Patagonia"... El grupo de esquiladores, mayoritariamente correntinos, comparte esa experiencia con otro personaje (una voz en off, omnipresente) que vuelca en numerosas cartas las vivencias de ese largo viaje sociológico e histórico por el campo patagónico.
"Querida Mara, cartas de un viaje por la Patagonia", el documental del realizador barilochense Carlos Echeverría, fue seleccionado para participar en el Festival de Cine de Amsterdam. La ciudad holandesa será, además, escenario de su pre-estreno internacional el próximo viernes 23 de noviembre.
Hablamos de un relato que recorre una de las historias vivas más duras de la Patagonia, a lo largo de 85.000 kilómetros y una década de trabajo cinematográfico.
"La vida de los esquiladores es una excusa para ir tratando algunos hitos históricos de la Patagonia y es el canal para ver cómo está la situación del campo en su parte más profunda y menos visitada" explicó a "Río Negro" el cineasta.
"Mara" es el único personaje ficticio que tomó prestado el nombre de la hija del realizador y las cartas que recibe son el recurso que eligió Echeverría para sortear los silencios de la zafra lanera y contar todo aquello que sus protagonistas no pueden o no se animan a decir. Algunas cartas están escritas en tono informativo y otras en un tono más poético.
"Hay un montón de cosas que no se hablan durante la zafra porque es un trabajo muy precario y se corre el riesgo, al hablar, de no ser invitado a participar de la siguiente zafra. De hecho la gente que se animó a hablar en las entrevistas que sacamos en un programa de televisión al año siguiente no fue a la esquila con los mismos contratistas" señaló Echeverría.
Las comparsas son el eslabón más débil de la precaria cadena laboral del campo.
Los esquiladores por su actividad nómade tienen escasas herramientas para negociar condiciones de trabajo y deben soportar la falta de techo y comodidades mínimas en su tránsito por las estancias patagónicas.
"En todo sentido, la intimidad de la cámara con los protagonistas y sus co-protagonistas describen un breve paso por la realidad de la flexibilización laboral que, a los campos patagónicos, no llegó con la globalización sino cien años antes, y nunca sufrió grandes modificaciones" anticipa la presentación desde internet (el sitio: carlosalejandroecheverria.blogspot.com)
La idea que le dio cuerpo surgió ante que la vocación cinematográfica de Echeverría, cuando sus sueños se proyectaban sobre el campo patagónico sin conocer las duras condiciones de vida que impone su suelo.
La película tiene una historia propia de esfuerzo: el rodaje se hizo en etapas a lo largo de diez años y se demoró porque, en medio del trabajo, alumbró otro documental profundo e impactante del realizador: "Pacto de silencio".
La investigación comenzó en 1991 y se completó en el 97; el grueso de la filmación se rodó entre el '99 y el 2001 y después siguió una larga etapa de elaboración de textos y guión.
"Además la película tuvo muchos accidentes cibernéticos. La tuve cargada en tres computadoras distintas de Buenos Aires y dos de los discos rígidos donde tenía la mayor cantidad de trabajo ya editado se rompieron, así que tuve que empezar tres veces de cero" confió el director. Su equipo de trabajo incluyó a los jóvenes cineastas locales Laura Linares y Alexis Jorquera.
El estreno oficial en Argentina está previsto para mediados de 2008, cuando se concluya la versión definitiva, y tendrá dos escenarios preferenciales: Bariloche y Curuzú Cuatiá (Corrientes), pueblo natal de uno de sus protagonistas.
Echeverría tiene, además, la ambiciosa idea de proyectarla en los pueblos, parajes y estancias que transitó su documental para compartir el logro con sus protagonistas.
"Nos quedaron anécdotas lindas de muchos lugares como en Gobernador Gregores, donde pasamos varias veces con el equipo de filmación; la gente creía que filmábamos para el Discovery Channel y tuve que ir a una radio para aclarar que éramos de Bariloche con lo cual bajó nuestra popularidad. Imaginate, éramos chatos de la zona", relató entre risas.
