Lunes 19 de Noviembre de 2007 Edicion impresa pag. 28 > Sociedad
Identificaron en Quequén los restos de un barco espía nazi
El hundimiento del "Ussukuma" tuvo fuerte incidencia en la caída del "Graf Spee". Hasta ahora, en las cartas náuticas del Servicio de Hidrografía Naval figuraba bajo la denominación H-210, es decir, como desconocido, en la posición 39º 24' Sur y 57º 15' Oeste.

POR: PEDRO PESATTI

El pasado 9 de noviembre, el escritor y periodista Carlos De Nápoli, envió un informe al Servicio de Hidrografía Naval que dirige el capitán de ultramar Juan De Carranza para denunciar la identificación del barco espía nazi "Ussukuma", que fuera capturado y hundido por la Marina británica en el mar argentino, y cuyos restos descansan a 50 millas de la costa de Quequén.

La embarcación, al momento de ser hundida, transportaba combustible, alimentos, torpedos y explosivos para reabastecer a submarinos y acorazados de la Kriegsmarine del Tercer Reich.

El transporte desplazaba unas 8.000 toneladas y tenía 130 metros de eslora. Operaba normalmente para la Deutsche Ost-Afrika Linies, tocando habitualmente los puertos importantes del África.

Al comenzar la Segunda Guerra Mundial, la nave fue puesta de inmediato al servicio de la Abwher Servicio de Inteligencia de la Marina de Guerra alemana y pasó a cumplir funciones en el Atlántico Sur.

Como digresión vale acotar que la Abwher era dirigida por el almirante Canaris, uno de los presuntos náufragos del "Ludovico", el barco que descansa en la costa de Bahía Rosas, a 80 kilómetros de Viedma, desde un lejano 1916, cuando promediaba la Primera Guerra Mundial. Los ocho oficiales de esa embarcación eran alemanes. Al día siguiente de llegar a Patagones, como está consignado en el periódico "La Nueva Era", los ocho alemanes viajaron por sus propios medios a Buenos Aires, en tanto la comunidad de Viedma y Carmen de Patagones debió organizar una colecta para socorrer a la marinería y al capitán chileno Uribe quienes no tenían recursos para costearse el regreso.

Canaris, hasta poco antes, había sido primer oficial del "Dresden", hundido en la costa del país trasandino por su propia tripulación para que no fuera capturado por una poderosa escuadra de la armada británica. Canaris, como el resto de los marinos del "Dresden", fue recluido en una prisión por el gobierno chileno, aunque rápida y llamativamente pudo escapar de su encierro. Bajo un nombre falso, y como tripulante del "Ludovico", habría naufragado en la costa de Viedma. Ya de vuelta en Alemania, fue designado como comandante de un submarino, servicio que cumplió hasta el final de la primera gran guerra.

 

Sorprendido

 

En la medianoche del 5 de diciembre de 1939, el "Ussukuma", mientras dejaba atrás el puerto de Bahía Blanca donde había recalado y se dirigía al encuentro del acorazado "Admiral v. Graf Spee", fue sorprendido por la armada británica que lo capturó pese a los esfuerzos de su tripulación por hundirlo. La relevancia de este hecho como la ha documentado De Nápoli ante el Servicio de Hidrografía Naval está dada por la íntima vinculación que tiene con el hundimiento del "Graf Spee" en el río De la Plata. La "Fuerza G" del Reino Unido, con base en las Islas Malvinas, que actuaba bajo el mando del comodoro H. Harwood, al abordar el "Ussukuma" pudo capturar no sólo la estratégica máquina codificadora de transmisiones nazi, "Enigma" tópico de la película "U-571" del realizador Jonathan Mostow sino también a sus operadores. Merced a ello, Harwood se enteró de la intención del "Graf Spee" de tomar las Malvinas, tras lo cual ordenó al crucero pesado "HMS Cumberland" la tarea de protegerlas y a los cruceros "HMS Ajax", "HMS Exeter" y "HMNZL Achilles" la captura del acorazado. El "Graf Spee", en tanto, se encontraba con escaso combustible en las cercanías de las costas uruguayas. En ese estado recibe de la máquina del "Ussukuma" un mensaje codificado, señalando día, hora y posición para producir el reabastecimiento. Así, el 13 de diciembre de 1939, con el sol del amanecer entorpeciendo la visual, el "Spee", comandado por el capitán Hans Langsdorff, se encontró con el fin de sus días. Lo esperaban en el lugar, en vez del "Ussukuma", la escuadra británica ya mencionada. La trampa pergeñada por Harwood fue implacable ya que cuando el capitán del "Spee" advirtió el engaño era imposible que pudiera escapar de la emboscada. Igualmente el capitán Langsdorff entabló batalla hasta que su buque sin posibilidades de obtener del gobierno uruguayo el combustible que necesitaba pudo continuar en operaciones. No obstante la disparidad de fuerzas, el "Admiral Spee" logró averiar seriamente a los cruceros livianos y poner fuera de combate al pesado "Exeter". Agotada todas sus reservas de combustibles, el capitán Langsdorff trasladó a su tripulación a nuestro país, hundió la nave y se suicidó luego en Buenos Aires. Sus restos descansan en el Cementerio Alemán de la Chacarita.

 

La importancia

 

Con el código Enigma roto por vez primera, tras la captura del "Ussukuma" según sostiene De Nápoli, el almirantazgo británico logró en esos días la destrucción y apresamiento de decenas de barcos y submarinos nazis. De allí la importancia del hallazgo de sus restos. Nada se sabe aún, sin embargo, sobre el destino real de la tripulación del "Ussukuma".

Carlos De Nápoli, autor con Juan Salinas de "Ultramar Sur" y que en breve publicará un nuevo libro sobre la actividad de los submarinos nazis en el golfo de San Matías y de la Patagonia, está trabajando en las tareas de investigación que se iniciarán a la brevedad para develar los misterios que aún guarda el "Ussukuma". Hay, además, en las cercanías del naufragio, dos pecios no identificados, uno de los cuales podría ser un sumergible alemán, según se ha podido inferir mediante el auxilio de un sonar.

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