SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Inmune a toda advertencia e intimación, un vendedor ambulante de choripanes instala su puesto día tras día en el jardín posterior del Centro Cívico sin permiso alguno del municipio. Las actuaciones de los inspectores no dieron resultado porque el parrillero se niega a retirarse y los amenaza de muerte, ante la aprobación silenciosa de su clientela.

El último intento fue realizado con apoyo policial hace unos diez días pero terminó de mala manera, cuando el irascible sujeto echó a los empleados del municipio advirtiéndoles que sabe dónde viven y que los iba "a degollar".

El jefe de Fiscalización Ambiental, Rubén Guzmán, y el director de Inspección General del municipio, Jorge Layana, dieron cuenta del episodio y de la imposibilidad de hacer cumplir las normas. Alegaron que "este individuo (identificado como Leopoldo Polo Velázquez) insulta, agrede y expone a los inspectores ante los clientes del puesto de ventas".

El municipio dio por cerrado el tratamiento "administrativo" del caso y estudia la forma de "judicializarlo" por medio de una denuncia penal. Antes de eso y a modo de recaudo, cursó una nota al jefe de la comisaría Segunda con la "sugerencia" de impedir la instalación del vendedor porque trabaja en abierta violación de la normativa vigente.

El secretario de Gobierno, Federico Lutz, reconoció la impotencia de la autoridad municipal y recordó que a la policía sólo pueden pedirle ayuda pero no darle órdenes.