Tres fuertes réplicas sísmicas sacudieron ayer en menos de 10 minutos el norte de Chile, donde la presidenta Michelle Bachelet se encontraba inspeccionando los daños causados por el fuerte terremoto del miércoles. Las réplicas -de 6,8, 6,2 y 5,6 grados en la escala de Richter, según la Universidad de Chile- se sintieron con fuerza en la ciudad costera de Tocopilla, 1.600 km al norte de Santiago, causando pánico entre la población, aunque no se detectaron nuevos daños. El balance final asegura que fueron 15 mil los damnificados por el sismo.

En Tocopilla se concentra casi la totalidad de los 140 heridos y 4.000 viviendas severamente dañadas que dejó el movimiento telúrico, uno de los cinco más intensos que asoló el país desde 1985. Además, el terremoto, de 7,7 grados, dejó dos muertos el miércoles.

La mandataria llegó en la mañana a la ciudad para ver las acciones inmediatas que se tendrán que tomar para la atención de los damnificados, cuando fue sorprendida por las réplicas, a las que reaccionó con total calma. "Ha seguido temblando, hemos sentido varios temblores, pero es bueno que estemos acá porque tenemos que estar en la misma situación que están los vecinos", señaló la mandataria, mientras hacía un llamado a la calma.

Un hospital de campaña

El jueves en la madrugada llegó a Tocopilla un hospital de campaña de la fuerza aérea, que fue rápidamente armado. ''Ya está en condiciones de atender'', dijo el general Guillermo Ramírez. La ministra de Salud, María Soledad Barría, que llegó el miércoles a la zona con sus colegas de Vivienda, Transportes y del Interior, para atender en terreno las necesidades de los damnificados.

Los tocopillanos dicen que fue un ''terremoto hipócrita'' porque no mostró la verdadera magnitud de la destrucción. Centenares de fachadas esconden paredes y techos en el suelo. La ministra de Vivienda, Patricia Poblete, estimó que un 80% de las casi 24.000 viviendas de la zona recibió algún tipo de daño. La mayoría de las casas son de adobe, mezcla de tierra y paja. Tocopilla sigue sin agua, por lo que camiones aljibes del ejército abastecen a la población. La energía eléctrica está regresando. Cuando a la mayoría le falta el agua, a Luis Porcel le sobra, porque la rotura de las cañerías inundó su vivienda. ''No podemos habitarla y hemos tenido que dormir afuera...para cuidar lo que no nos destruyó el temblor''.