Viernes 16 de Noviembre de 2007 Edicion impresa pag. 40 > Deportes
En Rosario, el duelo de "barras" se cobró otra vida
Fue en la esquina donde se junta una fracción. El jefe del sector opuesto sería el asesino.

Los problemas entres los "barras" de un mismo equipo son el mal del momento en el fútbol argentino.

El domingo, Daniel Margarone, hincha de Rosario Central, recibió un disparo fatal en el estómago cuando estaba parado en una esquina de Rosario, donde suele reunirse la barrabrava del equipo.

Mientras agonizaba, la víctima de 30 años, le dijo a su hermano que el autor del disparo mortal había sido Luciano Molina, jefe de otro sector de la hinchada fanática de los "Canallas", quién está prófugo de la Justicia.

Si bien la Policía no pudo confirmarlo, hay fuertes indicios de que el asesinato se habría cometido por un acto de venganza por disputas internas y hechos de violencia anteriores entre los dos sectores.

Central está último en la tabla de posiciones del Apertura y a un paso del descenso cuando faltan tres fechas para el final del certamen. Para revertir esta mal presente, la dirigencia rosarina está buscando técnico para la próxima temporada y uno de los candidatos era Jorge Burruchaga, pero se bajó antes de iniciar las negociaciones.

Es que a "Burru" le dejaron un mensaje en el teléfono de su casa en el que amenazan a su familia y le piden que no asuma como DT.

El caso de Margarone se sumó al crimen de Damián Muñoz, de 26 años, herido mortalmente con puñaladas en el tórax el sábado en una tribuna del estadio de Independiente Rivadavia de Mendoza cuando asistía al partido con Belgrano de Córdoba. Mientras agonizaba alcanzó a decirle a su pareja el nombre del agresor, integrante de la barrabrava del equipo mendocino.

La policía busca ahora a ese hombre apodado "Verruga" e intenta dilucidar si el ataque mortal se debió a una disputa interna entre dos facciones del grupo de fanáticos, que ha provocado otros episodios de violencia.

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