Viernes 16 de Noviembre de 2007 Edicion impresa pag. 39 > Deportes
Daniel Passarella: triste, solitario y final
Tras la eliminación de River, el "Káiser" cumplió su palabra y renunció.

El 25 de mayo, el día que cumplió 54 años, Daniel Passarella le puso condiciones a su futuro como entrenador de River. Había dicho entonces que, si en lo que quedaba del año no ganaba nada, renunciaría sin cobrar un peso de más. Y todo se precipitó la dramática noche del miércoles.

El derechazo de Mario Cuenca no sólo provocó la eliminación de River en las semis de la Sudamericana, también empujó a Passarella a cumplir con su palabra.

De esta forma, el 'Káiser' se fue sin nada y con el triste antecedente de ser el único DT en la historia de River de haber dirigido 8 torneos al hilo sin vueltas olímpicas (Aperturas '06 y '07, Clausuras '06 y '07, Sudamericanas '06 y '07 y Libertadores '06 y '07).

Las estadísticas de la segunda 'Era Passarella' señalan que en torneos locales ganó 35 partidos, empató 23 y perdió 15, mientras que en competencias internacionales el record fue de 10-8-8.

Abrumado por las críticas debido a los malos resultados deportivos y la crisis institucional, el 'Káiser' finalmente renunció. Ayer, cerca del mediodía, el ahora ex entrenador lo anunció en una emotiva conferencia de prensa, que duró apenas ocho minutos.

"No tiene que haber ninguna duda como la que estuvieron sembrando desde anoche (miércoles). Yo leí una carta el 25 de mayo pasado y obviamente que voy a cumplir con mi palabra, que es inquebrantable", arrancó. Agregó que se iba de River "no por miedo", sino porque se comprometió públicamente con el socio y el hincha a cumplir su palabra.

Agradeció a los jugadores y contó que "me tocó estar en pocos triunfos en mi carrera deportiva y en muchísimas derrotas y nunca vi un vestuario como el de anoche (miércoles). Jugadores llorando y acongojados", sostuvo y aseguró que "el vestuario de anoche fue de lo más triste que me tocó vivir en mi carrera".

Passarella llegó cerca de las 10 a Ezeiza y habló con el entrenador de la reserva, Jorge Gordillo, con su ayudante de campo, Héctor Pitarch y con los futbolistas. Se fue a bañar y luego se sentó frente a un sinfín de grabadores, adelantando que no iba a responder preguntas.

Luego fue el turno de lo que consideró como el logro más importante. "Quiero resaltar la recuperación de un ídolo como Ariel Ortega. La recuperación de Ariel es más importante que cualquier conquista deportiva", enfatizó.

Anunció que se reunirá con José María Aguilar "para arreglar la salida" y, enigmático, señaló que "o yo o el tiempo contestará muchas de las preguntas que me quieren hacer hoy (por ayer)".

Las últimas palabras fueron para los hinchas: "Al hincha de River le deseo muchas felicidades. Sé que se lo va a tomar muy bien el hecho de que cumpla con mi palabra", señaló. Se despidió con "un abrazo grande" y dijo esperar "juntos poder festejar el próximo campeonato". Así se fue el 'Káiser', después de casi dos años que querrá olvidar pronto.

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