Las repercusiones del anuncio del "nuevo" gabinete de Cristina Fernández de Kirchner reactivaron ayer una vieja disputa. Alberto y Aníbal Fernández salieron con los tacones de punta a responder a la oposición, y este último mantuvo un round especial con Mauricio Macri.

La batalla por la autonomía porteña y el traspaso de los recursos de la policía al ámbito de la ciudad de Buenos Aires fueron los motivos de los cruces.

Primero, fue el turno de Macri. "No es justo para los vecinos de Buenos Aires que Aníbal Fernández, por la incompetencia que ha demostrado, siga manejando la seguridad", se quejó el futuro mandatario porteño.

El ministro le contestó con munición de grueso calibre: dijo que a Mauricio Macri "no le gusta laburar" y que "nunca manejó la empresa del padre (Franco Macri) porque no se lo permitió jamás".

Según Macri, la elección de Aníbal Fernández para conducir, desde el 10 de diciembre, la cartera de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos es "un disgusto para todos los porteños".

"En Interior él tenía responsabilidad de la Policía Federal y realmente los resultados han sido increíbles", subrayó el jefe comunal.

La respuesta de Fernández no se hizo esperar: "Imagino que la gente de la Ciudad debe querer que Macri trabaje para la ciudad", y que no pierda "el tiempo hablando de temas nacionales que no conoce, no entiende. Es un vendedor de ilusiones permanentemente", aseveró.