En 1992 un gobernador nos dio a los empleados públicos el 40% por zona desfavorable. En 1996 vino otro gobernador y lo quitó. ¡Justo que me jubilaron, devolvieron 40% a las activos y no a los pasivos! ¡Qué mala suerte la mía!
Ayer escuche al gobernador en la radio decir que había superávit. Es el mismo que nos dio el 40%, el mismo que en campaña decía y pregonaba que iba a devolverlo. Pregunto: ¿hasta cuándo tendremos que esperar, o esperan que mueran más y la masa de aumento sea menor? Los jubilados jóvenes necesitamos el 40%, tenemos muchos gastos en medicamentos, análisis, los hijos que estudian y necesitan ayuda... ¿Por qué tengo que estar reclamando y reclamando algo que me corresponde y que me quitaron en el '96, cuando era activa? Esto es doloroso, lamentable y decididamente perverso por parte del gobierno. Pido más respeto por los jubilados. Estoy discapacitada y no tengo otro modo de reclamar. ¿Tendré que sentarme en mi silla de ruedas, desnuda, en la puerta del ISSN?
No quiero convertirme en una Norma Plá neuquina e irme de este mundo reclamando, pero seguiré haciéndolo como pueda y no pienso por ahora irme de este mundo.
Durante su campaña, la candidata electa Cristina de Kirchner no ha brindado conferencia de prensa alguna, continuando con el estilo peculiar de su esposo. Es obvio que deben temer a preguntas sobre las cuales no tienen respuestas y que, incluso, podrían haber empañado su triunfo, más allá de las irregularidades comiciales. Pero, de continuar con esta metodología, se hace más obvia aún la falta de respeto al pueblo, que tiene derecho a estar informado por quienes nos gobiernan.
El pueblo elige y no basta la mera a veces hasta parcializada información de algunos medios si no está acompañada de una comunicación clara y transparente de los actos de gobierno.
El menosprecio a informar directamente a la prensa y escapar a preguntas confrontan con la Constitución nacional, que la considera como un derecho esencial que no puede padecer restricciones.
Los explicadores devenidos en voceros han cansado a muchos ciudadanos, pues semejan el monólogo pisando el diálogo.
No debe pasar inadvertido que Cristina de Kirchner, en sus viajes por el mundo, ha excluido siempre a la prensa nacional en sus exposiciones, cuando los "trapitos" ni siquiera se lavan en nuestra casa.
Se apresta a gobernar y nadie conoce su plan de gobierno, salvo discursos de ocasión o de barricada para adeptos. Siempre estamos saliendo del infierno y parece que se olvida de que su nominante es el antecesor presidencial.
El monólogo atenta contra la democracia y las preguntas sin respuestas o la falta de transparencia, contra la integridad de las instituciones.
Tengo 18 años y anteayer mi familia y yo nos vimos envueltos en una de las peores situaciones en las que una familia puede encontrarse. Nuestra casa, plagada de recuerdos y de valores que superaban lo material, fue arrasada por las llamas.
No pasaban de las 10:15 cuando un vecino llamó a mi mamá, Claudia, avisándonos de que salía humo de nuestra casa. No puedo explicar el terror y la desazón que nos acompañaron en el camino que solíamos recorrer todos los días, pero que ayer se hizo interminable.
La vista de nuestro departamento en llamas fue un gran golpe para nosotras. Las corridas, los gritos y las lágrimas nos inundaron. Los bomberos aún no habían podido entrar, así que les dimos nuestras llaves para que pudieran hacer su trabajo.
Corrí a buscar a mi papá, Gino, que aún no se había enterado. Con más corridas y gritos llegamos a nuestro departamento; su cara reflejó el temor y el desaliento. Lo vi entrar con los bomberos, quienes por el impenetrable humo no podían moverse dentro de nuestra casa. El ruido de cristales rotos nos estremeció. Tenían que romper las ventanas para lograr ver el interior.
No puedo describir el sentimiento que me llenaba en esos momentos. Lágrimas, que no eran pocas, abrazos de familiares, amigos y vecinos que se acercaron nos rodeaban. Nuestro agradecimiento a todos ellos, a aquellos que llamaron o mandaron mensajes, a aquellos que ofrecieron ayuda o un gran abrazo de consuelo.
Pero nuestro especial agradecimiento y también esta carta están dedicados al Cuartel de Bomberos Voluntarios de General Roca y a los oficiales de policía que se acercaron a nuestra casa. Aún me suena en la cabeza la voz de uno de ellos que se acercó a consolarme. Su valor y disposición son ejemplos a imitar por toda la comunidad. Tenemos entre nosotros a grandes personas, grandes ejemplos para seguir.
No existe forma para explicar lo que sentimos. Las cosas que se perdieron se recuperarán con el tiempo. Las manchas y las lágrimas se borrarán con el pasar de los días. El humo se disipará. Pero las marcas en nuestros rostros y la gratitud hacia todos los oficiales, bomberos, familiares, amigos y vecinos no se irá nunca.
El fuego vino, pero nosotros... nosotros nos quedamos y seguimos, gracias a todos ustedes.
Me encontraba circulando por el sector de la Universidad de Neuquén, cuando de repente me encontré (como si me hubiera transportado en el tiempo y hubiera caído en el Valle de los Reyes) con esa obra ostentosa y faraónica que es la Magistratura del Neuquén.
Entonces me pregunté si esa construcción (así como las grandes construcciones egipcias, que fueron regadas con las lágrimas y la sangre de miles de esclavos) no fue regada con una versión moderna de esclavitud, que es el sudor de los contribuyentes.
Para finalizar esta escueta idea no nos olvidemos de que, aunque ostentosas, esas obras faraónicas eran unas simples tumbas, ¿o no?
PD: no conozco Egipto ni el Valle de los Reyes más que por fotos.
La Asociación de Defensa a los Consumidores y Usuarios de General Roca (Adecu) realizó en la audiencia pública del 2 de octubre sus observaciones y dio su opinión sobre la actualidad de Edersa y sobre el proceso que generó el condicionamiento actual, pero no pidió el regreso de la empresa a la órbita pública, como erróneamente fuera publicado en la edición del 3/10/2007.
Ello no implica que nos opongamos o apoyemos una iniciativa de ese tipo. En este momento no ha sido considerada, teniendo en cuenta que restan 80 años de la concesión y que no existen opciones o propuestas para considerar tal eventualidad.
Eso sí, cualquiera sea la forma jurídica o quien detente la propiedad de la distribuidora eléctrica, lo más importante pasa por: calidad del servicio, valor de las tarifas, responsabilidad social y apoyo a las actividades productivas provinciales.
Son esos los objetivos que requerimos de la empresa actual o de cualquier otra empresa que ocupe su lugar, además de las limitaciones y controles a los que el poder concedente deba limitarse para operar e intervenir en el manejo de la distribuidora como forma de evitar situaciones como las actuales.
"Como comunidad no tenemos que sentirnos culpables"
Hemos leído que hace 2.000 años el emperador Tiberio abusaba de bebés. Recién en el siglo IX empezó a notarse alguna inquietud y censura frente a estas prácticas. Pero la actitud histórica general fue mirar para otro lado.
Hoy, en el siglo XXI, este horror sobre niños, niñas y adolescentes persiste. Diariamente lo vemos en los medios.
En nuestra comunidad también se denuncian los abusos. Comunidad tranquila la de Cinco Saltos, a veces parece indiferente. Quienes elegimos vivir en ella, a pesar de todo, la queremos así, pacífica. Tal vez, confiando en que poco a poco vamos a crecer como comunidad solidaria, comprometida.
A juzgar por lo que afirma el abogado que habla de "conspiración" en nuestra comunidad, pareciera que no aprendimos a pensar por nosotros mismos. Somos gente de buena fe, confundidos por un grupo de personas. Habla de verdad social, de verdad judicial. ¿Es necesario ponerle adjetivos a la verdad?¿No tiene acaso peso por sí misma? Desconocemos los términos que usa la Justicia, pero cuando tenemos que agregar palabras para saber de qué hablamos es porque algo no está claro. ¿O será que en Cinco Saltos, como no aprendimos a pensar, necesitamos que probos abogados nos ayuden a interpretar la verdad?
Como comunidad no nos tenemos que sentir culpables por lo que conocemos en lo más profundo de nuestro corazón. El mundo sigue andando y los abusadores, desde su relación asimétrica con los abusados, vinculados siempre desde un lugar de poder, reflejan la impunidad que acompaña al abuso sexual desde la historia más remota.
Pareciera que nada podemos hacer pero, si eso creyéramos, estaríamos perdidos como sociedad. Aún creemos que la Justicia llegará a la verdad.
En Educación urge implementar programas de prevención del abuso a menores. Como comunidad tenemos que fortalecer redes de protección para los niños, niñas y jóvenes sometidos por personajes, en apariencia muy saludables, de los que nadie puede creer sus acciones. Es necesario que se sientan queridos, protegidos, confiados en que sus adultos les creerán y los ayudarán.
Tal vez no podamos evitar que siga habiendo gente enferma pero, al saber que las comunidades se organizan y se sensibilizan, acaso sea menor el número de víctimas de abuso. ¿Por qué no creer que otro mundo es posible? ¿Por qué no creer que la Justicia pondrá la balanza en equilibrio?
Quizás haya llegado el momento de tomar conciencia de que los cambios pueden producirse: "Sin duda, un pequeño grupo de personas comprometidas puede cambiar el mundo; de hecho, es la única cosa que siempre ha sucedido" (Margaret Mead).