| El empresario hotelero Alcides Cuevas fue condenado este jueves a 18 años de prisión por el asesinato de la turista suiza Annagreth Wurgler, desaparecida desde agosto de 2004 en La Rioja, mientras que los otros tres imputados por el caso fueron absueltos.
La Cámara Penal de Chilecito consideró a Cuevas autor penalmente responsable del "homicidio simple" en perjuicio de Wurgler, cuyo cuerpo aún no fue encontrado.
En tanto, fueron absueltos el ex chofer del ahora condenado, Miguel Nárváez, quien había llegado al juicio detenido y procesado como partícipe del homicidio y que hoy recuperará su libertad, y a Amanda Gordillo y a Mario Machuca, imputados por encubrimiento.
El fiscal de juicio, Darío Illanes había pedido 25 años de prisión para Cuevas, cinco para Gordillo y Machuca, y no había acusado a Narváez.
En el fallo, el presidente del tribunal, Mario Pagotto, y los jueces, Rubén Rejal y Sofía Nader, dieron por probado que Cuevas mató a la bióloga suiza entre las 23:00 del 29 de agosto de 2004 y las 5:30 del día siguiente, en circunstancias y lugar que no precisaron, y que luego escondió el cadáver.
Para los jueces, "está absolutamente desmentido por la evidencia" el argumento de Cuevas de negar haber conocido a Wurgler y consideraron que el ahora condenado tuvo "la intención de desviar el rumbo de la investigación".
"Alcides Cuevas sí conoció a Annagreth Wurgler y se relacionó con ella por su condición de operador turístico de la zona", sostiene el fallo y agrega: "Negar haberla conocido es un serio indicio de que tiene algo que ocultar". En ese sentido citaron la declaración de Narváez, quien contó que Cuevas le había dicho que "no le pregunte más por la joven" y que "no la vería mas".
Según Narváez, esa conversación entre ambos ocurrió el 30 de agosto de 2004, luego que la turista había desaparecido y cuando viajaban desde Pagancillo hacia la capital riojana.
Además, el tribunal desechó el pedido de la defensa de Cuevas de anular el acta de allanamiento en la camioneta de su cliente, donde se secuestró una calza negra que la víctima llevaba puesta al desaparecer.
Por su parte, el abogado de Cuevas, José Omar Vega Aciar, adelantó que apelará la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia de La Rioja.
El veredicto condenatorio fue leído ante el padre de la víctima, el suizo Jurg Wurgler, quien vino a la Argentina en los últimos días para presenciar las instancias finales del debate.
Tras la lectura del fallo, Jurg Wurgler reconoció la labor de la justicia riojana en el esclarecimiento del caso y su abogado, Santiago Domenech, dijo: "Aunque no habrá nuevos operativos, íntimamente seguimos buscando el cadáver de Annagreth y estamos atentos a cualquier novedad al respecto".
El letrado, al interpretar y traducir las declaraciones de Jurg, negó que el caso se haya politizado o que hubiesen existido presiones de la embajada suiza en el país para condenar a Cuevas.
Domenech también adelantó que el padre de la turista plantará esta tarde un árbol en la plaza principal de Villa Unión, cerca de donde desapareció Annagreth, en memoria de su hija.
Annagreth Wurgler desapareció el 30 de agosto de 2004 cuando recorría sola y en bicicleta la zona del parque nacional Talampaya.
La última vez que fue vista había estado alojada en un camping en la localidad de Pagancillo, en el oeste riojano, que estaba a cargo de los absueltos Gordillo y Machuca.
Al reconstruir los últimos momentos de la víctima, los jueces del tribunal dieron por acreditado que Wurgler arribó en bicicleta el 27 de agosto de 2004 a la Comisaría de Patquía, a unos 70 kilómetros de la capital riojana, donde pidió permiso y fue alojada para pernoctar.
Determinaron que el 28, la turista partió rumbo al paraje El Chiflón, donde acampó al lado de la casa de un comerciante a quien le compró productos regionales y pasó la noche.
Luego, el 29 viajó al parque Talampaya y fue recogida en la ruta cerca de las 14 por Narváez, quien conducía la camioneta Chevrolet roja de Cuevas junto a un contingente de turistas.
La joven fue trasladada hacia Pagancillo, donde Narváez la dejó en el camping de Gordillo y Machuca; luego, el chofer avisó a Cuevas sobre la presencia de la turista y su interés por conocer Talampaya.
Ambos fueron a buscarla, la trasladaron en la camioneta a Villa Unión y, desde allí, regresaron de noche a Pagancillo, donde Narváez se retiró.
La Justicia consideró que, poco después, Cuevas fue en su camioneta con rumbo desconocido junto a Wurgler, la mató y luego escondió el cuerpo y algunas de las pertenencias de la víctima. Fuente: Télam | |