Martes 13 de Noviembre de 2007 Edicion impresa pag. 48 > Sociedad
Del llanto a la pileta y a la cancha de fútbol

KARAWANG, Indonesia, (AFP).- En un césped digno de un terreno de golf, unos indonesios vestidos de riguroso negro se congregan ante el féretro de un ser querido. Una vez terminado el oficio funerario, se pueden dar un chapuzón en una lujosa piscina olímpica o remar en un lago artificial de ocho hectáreas.

Estos privilegiados enlutados forman parte de los primeros clientes del San Diego Hills Memorial Park, un cementerio de muy alto nivel que se presenta como la antítesis del cementerio indonesio corriente, descuidado, ruidoso y encajonado en las zonas habitadas.

En éste, ninguna promiscuidad el complejo está previsto en 500 hectáreas, 25 de ellas ya están listas, nada de atascos: se puede llegar en helicóptero.

El San Diego Hills, en la ciudad de Karawang, a 46 km de Yakarta, contará pronto con un restaurante italiano de 200 cubiertos, pistas de bicicleta, canchas de básquet y de fútbol. Su objetivo es fidelizar a los allegados del finado con el fin de que vuelvan con frecuencia y puedan hacer actividades de ocio. "Después de visitar la tumba, nuestro clientes pueden almorzar o hacer deporte".

Una capilla destinada a celebrar bodas está situada en lo alto de una colina y ofrece unas vistas incomparables del lago... y de las tumbas.

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