Aunque para algunos parezca algo moderno, el formato MP3 tiene mucho tiempo de desarrollo. Todo comenzó a principios de la década de 1990, gracias a un grupo de programadores europeos que quisieron realizar un algoritmo de compresión de audio efectivo, que permitiera ahorrar espacio de almacenamiento manteniendo una calidad similar. Más allá del uso que le podemos dar nosotros para poder colocar más canciones en un mismo CD o DVD, este ahorro en el espacio es muy importante para las comunicaciones digitales. En efecto, uno de los primeros usos que tuvieron los MP3 y sus antecesores estuvo en las cadenas de radio y las transmisiones de música por módem.
Así que, básicamente, podemos decir que el MP3 es un formato de compresión de archivos de música (y audio en general) que ocupa ni más ni menos que una décima parte de lo que pesa la misma canción en un CD de audio convencional. Y lo mejor es que la calidad de sonido es prácticamente la misma.
¿Cómo funciona?
Los que desarrollaron el MP3 se basaron en la psicoacústica, que es una ciencia que tiene por motivo analizar cómo percibe el ser humano los sonidos. Sobre la base de un estudio intensivo de este concepto, se puede eliminar todo lo "no útil" y ahorrar espacio sin que un ser humano común encuentre alguna diferencia con respecto a la información original. Uno de los principales secretos del MP3 es que en sus datos elimina todas las frecuencias no audibles por el humano (esto es, más graves o más agudas que lo que podemos escuchar), así que los únicos que son capaces de percibir alguna diferencia son nuestras mascotas.
Otra característica interesante del MP3 es el bitrate variable. El bitrate es la cantidad de bits de información que se transmiten en un segundo de audio: si es mayor, el sonido tendrá una mejor resolución y será más fiel al original. Por ejemplo, el estándar para el MP3 es de 128 kbps (1 MB por minuto), aunque hay muchos que usan uno de 192 o 256 kbps para mejorar la fidelidad. Colocar un bitrate variable nos permite priorizar la calidad en aquellas partes de "sonido dinámico" y ahorrar en las que no hace falta más calidad. Sin embargo, como esta técnica de bitrate variable depende mucho del programa con el que se comprima la información, y no siempre es del todo fiel, generalmente se acostumbra usar uno fijo.
Reproducir MP3 en la PC
Existe una infinidad de software para reproducir música en formato MP3 en nuestra computadora. Varios de ellos son excelentes, pero ciertamente hay dos que son mucho más populares que el resto. ¿Por qué motivo? Uno, por ser uno de los primeros y más clásicos, y el otro, por estar incluido en Windows y ofrecer buenas prestaciones al usuario: Winamp y Windows Media Player.
Inicialmente, Winamp (www.winamp. com) se caracterizaba por ser un programa muy pequeño y bonito, uno de los primeros en usar skins (pieles) para cambiar su apariencia. Hoy en día, sólo le queda lo bonito, puesto que su ventana predefinida es mucho más grande y completa. No obstante, mantiene un diseño modular que nos permite cerrar cada apartado según nos convenga, para hacer el programa más compacto.
Desde hace varios años, Microsoft tiene el afán de poseer el reproductor multimedia más utilizado en el mundo, y posiblemente lo haya logrado gracias a su integración en su sistema
operativo Windows desde la versión XP. Más allá de las diferencias que pueda haber en la interfaz, con Windows Media Player podemos hacer prácticamente lo mismo que con Winamp.
¿Cuál es mejor? Eso depende de cada usuario en particular, aunque hay más adeptos a Winamp, en especial por la gran cantidad de agregados interesantes que tiene para mejorar el sonido y escuchar radios on-line mediante ShoutCast.
De CD a MP3
Ahora que sabemos cómo reproducir música MP3, nos surge la siguiente duda: ¿cómo hacemos para obtener archivos MP3? Hay muchas formas, como, por ejemplo, descargar la música directamente desde internet (siempre que este método de distribución sea legal), o bien generar MP3 grabando algo con el micrófono de nuestra PC. Pero la más usada sigue siendo el traspaso de un CD de audio a música en formato MP3. Si bien existen varios programas para realizar el ripeo de CD, uno muy aceptado por el público, por su condición de ser libre y gratuito (además de ser muy fácil de usar), es CDex (http://cdexos.sourceforge.net). Su interfaz es sumamente sencilla.
Todo consiste en iniciar el programa, colocar el CD en la lectora y presionar el botón Extract CD track(s) to Compressed Audio File(s). De todas formas, conviene previamente pulsar el botón inferior, Configuration, para optimizar las opciones de CDex. Por ejemplo, en la pestaña Encoder podemos elegir el bitrate, la frecuencia de muestreo, la resolución y todos los parámetros de los que hemos hablado (igualmente, por lo general conviene dejar todo como viene). Lo que sí es importante es especificar nuestra dirección de correo electrónico en la pestaña Remote CDDB, puesto que de esa forma podemos activar una función que nos ahorrará mucho tiempo: en el menú principal, yendo a CDDB/Read Remote CDDB, CDex bajará de internet los datos completos del álbum que insertamos, y así no tendremos que escribir el nombre de cada canción.
De MP3 a CD
Así como hemos podido pasar nuestra música de CD de audio convencional al disco duro en formato comprimido MP3, también es posible copiar toda nuestra música en MP3 a discos compactos. Aquí tenemos que diferenciar dos tipos de grabación posibles: disco de datos y disco de audio.
El segundo caso es útil cuando queremos que nuestra música se pueda escuchar en cualquier "antiguo" reproductor de CD, que sólo soporte el audio sin compresión (por ejemplo, un antiguo minicomponente o un reproductor de automóvil). Esto quiere decir que podremos poner no más de 20 canciones en cada CD. Lo bueno es que este método nos sirve para realizar compilados con las canciones que más nos gustan (que, aunque algunos no lo crean, a veces son hermosos regalos para novias y madres).
