El viernes 2 de noviembre ocurrió un siniestro en Catriel. La comunidad se sintió vulnerable y se conmovió ante este incendio de gran magnitud que involucró un negocio importante, de muchos años de trayectoria y en el centro de nuestra ciudad.
No es a este hecho, en sí, al que me quiero referir ni a los pormenores del caso, que sí me preocupa como vecina y comparto la misma sensación que todos, sino que quisiera invitar a mis conciudadanos a hacer una reflexión a partir de este acontecimiento.
Debemos reconstruir el tejido social de nuestra comunidad, afianzar los lazos solidarios y construir nuestras instituciones. Por el bien de todos debemos darnos cuenta de que nuestra participación como ciudadanos es importante. Muchas veces he sentido decir que nuestras instituciones no funcionan en Catriel. A veces no nos damos cuenta y es quizás en los momentos de crisis cuando esperamos que actúen y nos sentimos defraudados.
Existe en nuestra comunidad un pensamiento lineal que no permite que muchas instituciones que nacieron con buena voluntad prosperen, porque se tiene miedo al debate, a la crítica, al pensamiento pluralista y democrático. Desde un espacio de poder el municipio pretende abarcar todo, procurando ser los únicos protagonistas y capaces de resolver los problemas con una actitud paternalista y no permiten que desde otros lugares de la sociedad se armen voces, ideas y fuerzas de acción comunitaria. Todo es visto con desconfianza y recelo, en no pocos casos se boicotean espacios de participación democráticos. Esto no es posible, por eso es muy importante que todos participemos en las distintas problemáticas que nos aquejan.
Esto que sucedió fue un llamado de atención por el impacto visual que ocasionó. Sin embargo, todos los días ocurren crisis en pequeña escala en los barrios, algunas instituciones sociales etc. que no vemos si no somos protagonistas y pensamos que nadie nos puede ayudar. Todos podemos ayudarnos, primero si entendemos el problema, después si lo abordamos como comunidad a través de instituciones intermedias que son necesarias para reconocer las problemáticas y para gestionar las soluciones. Si no hay un trabajo de concientización, de unir fuerzas, nos vamos a encontrar que frente a las crisis existen la improvisación, la negligencia y el voluntarismo desorganizado.
Debemos madurar como sociedad, romper el aislamiento, la fragmentación, la apatía, para reconstruir nuestra comunidad exigiendo a los organismos públicos que funcionen como corresponde y para saber cómo actuar como ciudadanos en cada caso.
Construir caminos no sólo es unir un lugar con otro.
Y si hablamos de autopistas inteligentes, los beneficios no tendrían límites en una sola nota periodística.
Para nosotros, los patagónicos por adopción, quienes sufrimos diariamente nuestro desarraigo por razones de distancia, con la consiguiente pérdida de afectos familiares, cultura y costumbres, nos vemos impedidos de transitar por éstos no sólo por lo económico ni por la famosa relación tiempo-distancia, sino que lo fundamental a la hora de iniciar un viaje:"La seguridad de las actuales rutas".
Por lo tanto, la construcción de autopistas inteligentes no sólo sería unir gente, ni un lugar con otro; éstas deberían incorporar toda la tecnología del futuro, enmarcando cientos de beneficios para quienes las transitan, como así también incrementarían las zonas de paso. También deberían hacer hincapié en la ecología, un concepto prioritario para todos, destacando accesos y circulaciones, áreas de vida silvestre y áreas aptas para la recreación.
Potenciaríamos todo nuestros afectos personales y calidad de vida.
Contribuiríamos con el crecimiento de la economía de la Nación, comodidad, calidad de nuestros habitantes y el solo hecho de salvar vidas no tendría precio.
Lamentablemente no pude concurrir a la charla, pero sé que no será la última.
Sres. Ing. Pedro Salvatori y Guillermo Laura ¡felicitaciones por impulsar este proyecto y adelante!
Queremos hacer pública nuestra disconformidad sobre el aumento de las frutas y las verduras, entre otras cosas, ya que los precios de estos productos están por las nubes.
Opinamos que deberían bajar porque en este momento hay familias que no pueden comprar estos alimentos. Son fundamentales y vitales para nuestro crecimiento, ya que aportan gran cantidad de vitaminas y minerales esenciales para el desarrollo de todo ser humano, sobre todo para los niños.
Queremos pedirles exigirles a los gobernantes que dialoguen y revean esta situación tan preocupante. Todos los habitantes del país tenemos derecho a estar bien.
Hace 17 años en la calle Chrestía y Roca sobre el Centro de Educación Física Nº 1 de la ciudad de Neuquén se producía la muerte de un joven por un par de zapatillas. El autor del hecho, otro joven de la misma edad. Ese daño irreparable que produjo a la familia, pareciera ser la obra de un monstruo, pero no, era simplemente un joven con una historia de vida llena de padecimientos y frustraciones, que pareciera predestinado a causar semejante daño. Lo conocí cuando fui secretario correccional, del entonces Juzgado de Menores de Neuquén.
El 31 de octubre, a las 5 de la tarde, en la misma intersección fue atacada mi hija de 12 años, por una joven de entre 16 y 18 años, quien le pegó y pateó para sacarle la campera o los $2 que llevaba encima y cesó su ataque huyendo del lugar gracias a la intervención de vecinos y circunstanciales automovilistas, a quienes les quiero agradecer desde lo más profundo de mi corazón.
Más allá de la indignación que produce el hecho, me hace reflexionar de que esa joven no debe ser muy diferente a aquel que hace tanto tiempo conocí.
Neuquén tiene una de las poblaciones más jóvenes del país, es hora de que después de aquel caso, del de Galar, el reciente de Becerra y tantos otros, que se producen con una inusitada violencia, se instrumenten verdaderas políticas de inclusión de los jóvenes mediante la coordinación de la provincia y los municipios para alejarlos del alcohol, la droga, el delito y la violencia.
Espero que se entienda que la sociedad está cansada de verborragia y bravuconadas desde la tribuna y espera acciones concretas en ese sentido. No nos sobra ningún hijo, como para tener que pagar con sus vidas la falta de políticas en estas áreas.
Lo que les pido, como un ciudadano común y por el bien de nuestros jóvenes, al Sr. gobernador que asumirá y al nuevo intendente, es que dejen de lado las diferencias partidarias y juntos trabajen por los jóvenes, la provincia lo necesita y el futuro se los agradecerá.
Toda vez que pensamos en jubilación aparece asociado a impedimento, obstáculo o a trámite largo y de difícil pronóstico. De sólo pensarlo produce cansancio y desazón.
Parece ser que los empleados del organismo hacen todo lo posible para que así sea: largas colas, información imprecisa y contradictoria, procedimientos que no se entienden,etc.
Un trámite ordinario se convierte en algo extraordinario y cuando finalmente nos llega la resolución, nos queda la sensación de haber corrido una larga carrera de obstáculos y no de que se ha hecho justicia o de que recibimos algo que nos corresponde.
Cansados de respuestas ambiguas y de maltrato burocrático pedimos una entrevista con un nuevo funcionario, el Sr. Aldo Duzdevich, del ANSES. Pudimos plantear nuestros problemas porque encontramos a un ser humano con capacidad de escuchar y comprender. Gracias a su intervención y gestión personal nuestros planteos fueron resueltos en un tiempo razonable.
Por esto, queremos destacar algo que nos dijo: "Estamos aquí y nos pagan para resolver los problemas de la gente". Lo primero que se nos ocurrió fue pensar que los funcionarios y empleados de ese organismo deberían pensar y obrar con el mismo convencimiento, hacemos votos para que el estilo respetuoso y resolutivo del Sr. Duzdevich se expanda y conmueva a ese paquidermo de la burocracia estatal.
Nuevamente gracias Sr. Duzdevich por su intervención, seguramente con su conducción ese organismo irá cambiando y reencontrándose con los propósitos que dieron lugar a su nacimiento: la atención de los mayores que aportaron durante toda su vida y que merecen respeto, consideración y un trato justo.
Somos alumnos de 6º grado de la Escuela Nº 257. Escribimos esta carta para agradecer sinceramente a los padres como Lilian Bustos, Daniel Luján, Luis Muldón, Erie Musea, Juan Carlos Parra, Patricia Pelz, Mirta Pifano y muchos más que se autoconvocaron en el mes de marzo cuando había problemas de gas en nuestra escuela y no se podían dictar clases. Intervinieron activamente controlando que las tareas de reparación se realicen en tiempo y forma.
Gracias a ellos se pudieron efectuar otras obras que nuestra escuela precisaba, por ejemplo, se reparó el techo, se construyó el paredón, se arregló parcialmente la red eléctrica ya que se compraron los materiales que se necesitaban, pero aún falta la mano de obra.
Queremos decirles a los vecinos de esta institución que colaboren con el cuidado de nuestra escuela, ya que cuesta tenerla en condiciones.