ISLAMABAD (AFP) - El presidente Pervez Musharraf acorazaba ayer su mando en Pakistán al ordenar la detención de unos 500 opositores amparándose en un estado de excepción que ha dejado al país sin Constitución y posiblemente sin elecciones legislativas en enero del 2008.
La ex primera ministra Benazir Bhutto, quien regresó del exilio el 18 de octubre y estaba negociando un reparto del poder, acusó al jefe de Estado de haber dado "un segundo golpe" de Estado. El general Musharraf se apoderó del poder en octubre de 1999 tras un golpe incruento.
Desde la proclamación el sábado del estado de excepción, justificado, según Musharraf, por un recrudecimiento del terrorismo islamista y las intromisiones judiciales en la actividad del Gobierno, "entre 400 y 500 personas fueron detenidas en el país", anunció el primer ministro, Shaukat Aziz. Líderes de la oposición, militantes de los derechos humanos y abogados próximos al ex presidente del Tribunal Supremo, Iftikhar Mohammed Chaudhry, fueron detenidos.
Otra víctima del estado de excepción podrían ser las elecciones legislativas. " Bajo el estado de excepción, el Parlamento puede otorgarse hasta un año (...) para organizar las próximas elecciones", declaró el Primer Ministro. Estos comicios para designar el Parlamento estaban previstos en enero y eran una bocanada de aire fresco que debía restablecer la democracia en esta potencia nuclear de mayoría musulmana. Sin embargo Musharraf suspendió la Constitución y amordazó a la prensa. El hombre fuerte de Pakistán pidió comprensión a sus "amigos", entre ellos a su aliado Estados Unidos. Pero Washington dijo estar "decepcionado" y advirtió que tendría que "reexaminar su ayuda" bilateral.