Sábado 03 de Noviembre de 2007 Edicion impresa pag. 31 > Internacionales
Italia: mano dura con los inmigrantes rumanos

CAROLA FRENTZEN

Una calle oscura en un barrio de las afueras de Roma. Aquí fue atacada hace pocos días una italiana de 47 años, con tanta brutalidad que anoche murió en el hospital. Bañada en sangre, medio desnuda y desfigurada, fue abandonada en una cuneta junto a la carretera. El sospechoso del asesinato es un joven rumano que vive a metros de la escena del crimen, en un asentamiento de sinti y roma.

Toda Italia está conmocionada. "Horror en Roma", titulan los medios. El gobierno italiano ya pasó a la ofensiva con un decreto que autoriza la expulsión de ciudadanos europeos "peligrosos" que amenacen "la seguridad pública".

El Ministerio del Interior no descarta expulsiones masivas en los próximos meses.

El crimen del barrio "Tor di Quinto" fue precedido por una serie de hechos violentos que ocuparon las portadas de los periódicos en el último tiempo. A mediados de agosto, un ciclista de 57 años fue atacado y robado por dos rumanos. Murió después de pender durante 49 días entre la vida y la muerte. Poco después le tocó al director de cine Giuseppe Tornatore ("Cinema Paradiso"): dos rumanos le robaron en el elegante barrio de

Aventin su billetera y su móvil causándole una conmoción cerebral.

"Antes de que Rumania entrara en la Unión Europea, Roma era la ciudad más segura de Europa", declaró el alcalde de la capital, el izquierdista Walter Veltroni. "Hace algunos meses vivimos incidentes violentos que demuestran que el clima ha cambiado".

En Italia viven unos 560.000 rumanos, la mayoría de los pueblos gitanos sinti y roma. Desde que su país ingresó en la UE, el 1 de enero de 2007, su presencia en Italia aumentó drásticamente. Los rumanos pueden permanecer hasta tres meses en cualquier país comunitario, pero después necesitan un permiso de residencia. Al igual que el primer ministro Romano Prodi, Veltroni, su socio de la centroizquierda italiana, reclamó intransigencia con los criminales extranjeros.

El decreto rubricado la noche del jueves por el presidente Giorgio Napolitano prevé que los ciudadanos comunitarios que residen en Italia sean automáticamente expulsados si un juez determina que resultan una amenaza para "la seguridad pública". Pero hay excepciones: en delitos graves como el más reciente, los sospechoso serán procesados en Italia.

El gobierno rumano acordó inmediatamente cooperar con las autoridades italianas y envió policías a Roma para ayudar en el caso. Pero el autoproclamado rey de los roma en Rumania, Florin Cioaba, abogó por solucionar el problema en los Balcanes, no en Italia: "Necesitamos leyes que den más protección social y más empleo para que la gente deje de emigrar". (DPA)

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