ESTOCOLMO (AFP/DPA) - La secretaria de Estado sueca Ulrica Schenström dimitió ayer tras haber sido fotografiada por la prensa sensacionalista durante una borrachera que compartió con un periodista de televisión en un bar de Estocolmo, a quien besó en varias oportunidades. Sucede que la funcionaria estaba de servicio en ese momento, lo que derivó en un escándalo que, según los expertos, debilita al primer ministro Fredrik Reinfeldt.

Schenström, de 35 años, entregó su dimisión tras una semana de intenso debate en los medios de comunicación sobre si era apropiado que pasase la noche en un bar junto a un reportero de televisión.

La prensa sueca había difundido fotografías de Schenström y el periodista en evidente estado de embriaguez.

La mujer se defendió asegurando que siempre estuvo en pleno poder de sus facultades, pero su argumento se derrumbó cuando el canal de televisión TV4 mostró la factura de su consumición, superior a 100 euros

Reinfeldt se negó en repetidas ocasiones a revelar si la secretaria de Estado estaba borracha y si estaba de servicio aquella noche. Si fuese así, habría estado a cargo de coordinar la reacción de Suecia en caso de emergencia nacional.

Encargada de las emergencias

La cuestión es especialmente delicada dado que el anterior gobierno sueco fue muy criticado por su lenta respuesta a la catástrofe nacional más reciente, el tsunami en Asia en 2004, en el que murieron 543 suecos.

Unos 20.000 suecos estaban de vacaciones en Tailandia en el momento del tsunami.

La dimisión de Schenström representa un duro golpe para el primer ministro, que ya vio a tres miembros de su gabinete dimitir en el pasado año debido a escándalos o disputas internas.

Reinfeldt aparecía raras veces en público sin Schenström, a la que se considera artífice de la victoria de su gobierno conservador en las elecciones de 2006, que desalojaron a los socialdemócratas tras 12 años en el poder.