NEUQUÉN (AN).- Los encuentros de música de carácter intimista suelen estar cargados de sentimiento. Se parecen a esas reuniónes entre amigos en las que coincide el gusto por la canción y la familiaridad. Ya lo dijo el maestro Juan Falú alguna vez: "En la reunión la música es una forma de comunicación y de afecto". Entonces, en esa comunión, la obra se ejecuta con emoción y, a la vez, se escucha con emoción.
Una velada de este tipo propone el músico Carlos Muñoz, el puntano de voz fresca y de un color inconfundible que cantará acompañado de sus amigos, Pablo Chandía en piano y los acordes de la guitarra de Ariel Oyola. Los tres se acoplan para musicalizar el aire de La Curtiembre (Juan B. Justo 648) hoy, a las 22, en un espectáculo que bautizaron "Detrás de la música".
El trío propone un cancionero de temas instrumentales y otros cantados del folclore nacional mechado con géneros latinoamericanos como el son cubano, el bolero, el pasillo y también el tango. Un mix que se enriquecerá con la presencia de otros músicos (y amigos) invitados.
Entre sus referentes hay un abanico de grandes autores e intérpretes de la música nacional, esos que tienen brillo propio y son pilares de las nuevas generaciones que crecieron escuchándolos en las reuniónes, en los asados. Atahualpa Yupanqui, Eduardo Falú, Raúl Carnota, Armando Tejada Gómez, Gustavo "Cuchi" Leguizamón, los hermanos Núñez, y otros más jóvenes como Juan Quintero y Fandermole. Como ellos, Muñoz, Chandía y Oyola cantan porque hay algo que decir, una pasión que los desborda. Y los lleva entre otras cosas a proyectar un disco para el año próximo.
Sin duda, el trío entiende la música como algo que se comparte, una necesidad interior de cantar para expresar algo.