Miércoles 31 de Octubre de 2007 Edicion impresa pag. 42 > Sociedad
Un obrero se topó con una enorme víbora

SAN PATRICIO DEL CHAÑAR (ACE).- El hallazgo de una víbora de gran tamaño, por la descripción sería una boa conscrictor, de más de cuatro metros de largo y de unos 15 centímetros de diámetro en la zona ribereña de una chacra que estaba abandonada en la zona de ingreso de esta localidad revolucionó la zona rural.

"Andaba liquidando hormigas cuando la vi y me frené en seco. Tiré el tacho de veneno al piso y entonces se paró y me miró sacando la lengua; pero como me quedé paralizado nos quedamos así unos cinco a siete minutos, y luego se metió en los pajonales que dan a la parte de la isla en el río y se perdió", dijo Faustino González. El hombre, de 58 años, dijo que el encuentro se produjo a una distancia de cinco metros a las 10.30 del lunes y que el animal alcanzaría a unos seis metros de longitud.

En cuanto González recuperó el aliento y logró que los pies le respondieran, llamó a la policía y desde la subcomisaría 13 se convocó a los guardafaunas de la provincia, que constataron más tarde el rastro del anfibio.

El jefe de la agencia Centenario del cuerpo de Guardafaunas de la provincia, Hernán Barrios, aclaró que no dieron con el animal, pero por la descripción de González y los rastros hallados, se trataría de una boa conscrictor de unos 4 metros de largo y del ancho "similar al de la palma de la mano de un hombre mediano".

Debido al clima, los guardafaunas no creen que se pueda tratar de una anaconda o una pitón, ya que por ser de origen tropical, no hubieran resistido las heladas ni el agua fría del Neuquén.

Con seguridad se trata de una especie exótica a la zona que pudo haber sido traída hace algunos años, y que luego se adaptó en una zona poco poblada y cercana al río. Por la descripción sería un individuo adulto, en tanto ya habría sido vista por otros lugareños hace unos dos o tres años.

Se indicó que si es la boa conscrictor, no es venenosa, suele escapar ante la presencia del hombre, pero se enrosca en su víctima hasta asfixiarla si se siente en peligro.

González dio con el reptil en la picada 1,5 de El Chañar -a unos 2 kilómetros de la ruta 7- a menos de 100 metros del río; en una zona ribereña marcada por pajonales de más de 1 metro de altura, con arboledas y flora autóctona que hace muchos años que no se limpia.

Según la descripción de González, se trata de una víbora que tiene la cabeza en forma triangular, con dibujos en el cuerpo de color amarillo, blanco y negro sobre un fondo gris; a su entender tendría un largo de unos seis metros, le resultó silenciosa y le llamó la atención que la cola no termina en punta sino en forma recta, que era la única parte del cuerpo que no arrastraba.

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