NEUQUÉN (AN). - Ayer, a pocas horas de su estrepitosa derrota como candidato presidencial, Jorge Sobisch reasumió como gobernador con un discurso lleno de reproches al mandatario electo, Jorge Sapag, y en el que advirtió que dejará de hacer política cuando se muera y continuará con el polémico proyecto del tren Trasandino.

El líder del MPN habló en el Salón de Acuerdos de la Casa de Gobierno ante un grupo de simpatizantes que no ahorró las acusaciones de "traición" y los pases de facturas dentro del gabinete.

Los 30 minutos que duró la alocución del ex candidato del Movimiento de las Provincias Unidas, sirvieron para que lanzara una seguidilla de advertencias a su sucesor, respuestas durísimas a su hermano "Pipe", un recuerdo humillante para Felipe Sapag y una encendida defensa de sus ocho años de gobierno.

El lugar estuvo colmado por funcionarios y simpatizantes que al grito de "traidores" mantuvo un permanente hostigamiento a Jorge Sapag por no haber apoyado a Sobisch en la elección presidencial. Pero no sólo por los cánticos que ensalzaban su figura y los dirigidos contra el sapagismo tuvo que interrumpir varias veces su discurso, sino también por el pase de facturas a miembros de su propio equipo de gobierno.

"Oscos traidora", gritaron los sobischistas para cuestionar la ministra de Acción Social por, se supone, la falta de un apoyo explícito a la campaña presidencial de Sobisch. Hubo tensión en el inicio del acto, al promediar y finalizar el mismo, porque los presentes gritaban también "traidores" y dirigían sus miradas hacia todos los ministros, aunque sólo nombraron a Oscos.

Tras el discurso dos sectores, que aparentemente se identificaban con el ministerio de Acción Social, cruzaron recriminaciones, en un clima de alta beligerancia verbal. En el acto no se vio a dirigentes electos el 3 de junio ni el pasado domingo.

"Y pegue, pegue Sobisch pegue", gritaron los presentes cuando el gobernador inició su discurso. "...Que de la mano, de Jorge Sobisch, a los traidores vamos a matar", gritaban.

Sobisch no se pudo substraer de ese clima de cánticos favorables a su persona y amenazas a sus adversarios partidarios. Tal vez por eso arrancó diciendo que "sólo desaparecemos de la política el día que estamos muertos", para destacar que no piensa retirarse de la actividad política, ni provincial ni nacional y que seguirá defendiendo su "proyecto político" más allá del 10 de diciembre.

Dijo que en política las "decisiones no son para los tibios" y que "en estos 40 días de gobierno que me quedan me siento muy fuerte" y advirtió que "no vamos a rifar ocho años de gobierno, no vamos a tirar la casa por la ventana", en inequívoco mensaje a su sucesor. Sin nombrarlo, pero en clara respuesta a "Pipe" Sapag, quien le cuestionó la falta de claridad en las cuentas de Estado, que haya otorgado aumentos en los últimos días de gestión a los estatales y que no haya informado el estado de las finanzas, dijo que no le contestaría a quien "no tiene jerarquía política para que le conteste".

Agregó que "para saber cómo están las cuentas provinciales la única herramienta real es el presupuesto y si los que están hablando saben leer, les pido que a partir de esta semana lean el presupuesto provincial", que enviará a Legislatura para su análisis.

En defensa de su modelo de gobierno y sin duda en mensaje directo a su sucesor, quien adelantó que podría desactivar el proyecto del Trasandino, dijo que "este proceso no se puede parar. No se puede parar el agua para los próximos 25 años de Neuquén; el acueducto para Cutral Co; la otra multitrocha; no se puede parar el tren Trasandino.

Habló de mantener la unidad en el partido, destacó que él tardó ocho años en construirla y remarcó, en obvia alusión al resultado electoral del domingo pasado, que "sobre cinco diputados nacionales teníamos cuatro, no podíamos tener más. Siempre ganamos los senadores".