Miércoles 31 de Octubre de 2007 Edicion impresa pag. 30 > Internacionales
En territorio kurdo nadie quiere la guerra, pero todos la esperan

Nadie lo admite abiertamente, pero el temor a una guerra con Turquía se ha extendido como una nube negra sobre la región autónoma kurda del norte de Irak. Las grúas de construcción no se detienen sin embargo en estos días de amenaza y movilización. Al mediodía, los restaurantes se llenan de visitantes y expositores de la Feria Internacional de Erbil. Pero los presagios de una guerra inminente en la frontera norte iraquí se acumulan diariamente. "Hemos puesto an alarma a los peshmerga (combatientes kurdos)", declara Kamal al Kirkuki, vicepresidente del Parlamento autónomo kurdo. Desde la frontera llegan versiones de que los "peshmerga" ya están posicionados con armas de artillería mientras, del otro lado, se organizan las tropas turcas.

El clandestino Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), de Turquía, ha encontrado refugio en las montañas del norte iraquí. Sus recientes ata

ques contra las tropas turcas en la frontera desataron esta crisis, y ahora no se dejan amedrentar. Su consigna: "Que vengan, no conocemos el miedo". "Los luchadores del PKK se acostumbraron en los 23 pasados años a la vida en las montañas. Sólo tienen su vida para perder", explica un político iraquí de Erbil. Pero para los kurdos iraquíes hay mucho en juego: después de la represión que el régimen de Saddam Hussein desató contra ellos tras el frustrado levantamiento de 1991 y las sangrientas luchas entre los grupos rivales kurdos han conseguido finalmente algo -remotamente- parecido a un orden que ahora ven en peligro.

Nihad Latif Koya, el alcalde de Erbil, es uno de los pocos políticos que estos días apuestan por el optimismo. "Sería ilógico que Turquía ataque", razona. "En primer lugar, amenazar a otros países es políticamente riesgoso para Turquía, que pretende entrar en la Unión Europea y es aliado de la OTAN. Además, el terreno donde están los combatientes del PKK es de difícil acceso para un ejército regular. A partir de noviembre hay nieve".

Otros políticos kurdos de Irak esperan los motivos económicos que disuadan a Ankara de una ofensiva. Las empresas turcas son una parte muy importante del actual "boom" de construcción en la región kurda de Irak.

Otras compañías operan en diferentes sectores de la economía, kurda, casi todas desde oficinas fuertemente custodiadas y detrás de altos muros. Los convoyes de la empresa que envía las placas de cemento para proteger comisarías, mansiones de políticos y bases militares desde Erbil a Basora sufren de vez en cuando ataques .

Pero el negocio de los turcos en el norte de Irak es definitivamente rentable. Una invasión turca sometería a una dura prueba la declarada solidaridad entre los kurdos iraquíes y el PKK. Nadie en los territorios kurdos -Erbil, Suleimaniya y Zacho de Irak- se mostró hasta ahora dispuesto a entregar a Turquía luchadores del PKK o a sus líderes, y muchos declaran ahora su intención de esconder a los combatientes kurdos "por razones humanitarias" a pesar de sus diferencias ideológicas con el PKK. Su opción preferida sigue siendo que la amenaza de una guerra en el convulsionado país se aleje después de algunos bombardeos quirúrgicos sobre el PKK en las montañas. (DPA)

 

ANNE-BEATRICE CLASMANN

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