En esta suerte de padecimiento social "estamos frente a identificar un conjunto de cosas que se conocían y no se interrelacionaban. Recién empezó la ola en 1988 cuando el científico norteamericano R.M. Reaven empezó a llamarlo 'síndrome X'". Reunió factores como la insulino-resistencia que es la puerta segura a la diabetes, sumando un cóctel que puede resultar explosivo. Todo en el mismo paquete: la obesidad, hipertensión y los triglicéridos altos.

En el análisis de otros componentes, de acuerdo a la visión de Coniglio, la hipertensión aparece como que en un 40% es de raíz genética. Un 60% es puro estilo de vida inadecuado.

Es más que una "amenaza", el comer en exceso, la falta de actividad física, los cambios hormonales, las responsabilidades sociales y familiares "activan" una carga individual y social. Entre los médicos existe conocimiento de este fenómeno pero no existe conciencia de los riesgos en la sociedad. "Hay que educar a la gente porque determinar los síntomas son fáciles y baratos. Hay que medir la cintura en procura de analizar el volumen abdominal, tomar la presión, realizar análisis rutinarios y elaborar un diagnóstico. Así se ahorra, y se mejora la calidad de vida", concluyó.