MADRID (dpa) - En medio de gran expectación y con unas medidas de seguridad reforzadas, hoy se conocerá en Madrid el fallo por el peor atentado terrorista en suelo europeo: la masacre islamista del 11 de marzo de 2004 en cuatro trenes de la capital española, que dejó 191 muertos y más de 1.800 heridos.

Será la "respuesta del Estado de derecho a unos hechos aberrantes", destacó ayer el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo. El juicio comenzó el 15 de febrero y quedó visto para sentencia el 2 de julio.

Del fallo no sólo se espera en España que los culpables paguen por sus actos. Un sector de la sociedad espera que sirva para hacer desaparecer definitivamente la llamada "teoría de la conspiración", que apunta a una participación de ETA en la masacre para derrocar al entonces gobierno conservador de José María Aznar y que ha estado alentada por sectores de la derecha. Éstos se han ido desmarcando últimamente de la misma, conforme se acercaba el fallo.

La pista islámica

En el banquillo de los acusados, 27 personas, en su mayoría originarias de países árabes, escucharán mañana la sentencia y las penas a las que el tribunal de la Audiencia Nacional haya decidido condenarlas.

Uno más, el presunto cerebro de la masacre, Rabei Osman El Sayed, alias "Mohamed El Egipcio", lo hará por videoconferencia desde Italia, donde cumple condena por integración en organización terrorista.

Nada se ha filtrado sobre el fallo, si bien todo hace suponer que 18 procesados -los ocho principales y 10 presuntos colaboradores- serán condenados a una pena superior a siete años de prisión. Se encuentran encarcelados de forma preventiva más de tres años y si el tribunal hubiese previsto una condena menor, deberían haber quedado ya en libertad condicional. Todos han defendido su inocencia.

La fiscalía pide para los ocho acusados principales -tres presuntos autores intelectuales, dos materiales y tres cooperadores necesarios- cerca de 40.000 años de prisión por persona, si bien sólo cumplirían 40 de ellos porque es la máxima pena que en la práctica permite el Código Penal español.

Según los fiscales, a lo largo del juicio quedó acreditado que los ideólogos y autores materiales del 11-M fueron extremistas islámicos inspirados en la "Yihad" (Guerra Santa) y alentados por las proclamas del líder de Al Qaeda, Osama ben Laden. España fue escogida por su participación en la guerra de Irak, argumentaron los fiscales.

Y el explosivo con el que se perpetró fue robado en una mina asturiana, en el norte del país, gracias a la colaboración de un español. Con el inicio del juicio el pasado 15 de febrero, el nivel de alerta aumentó en España hasta el 2, que se ha mantenido desde entonces.

Ese nivel se ha reforzado ahora con más efectivos de las fuerzas de seguridad. "Tenemos un nivel de seguridad reforzada y lo vamos a mantener algún tiempo", indicó ayer el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.