NEUQUÉN (AN).- Un disco grabado en vivo concentra no sólo el esfuerzo humano y la capacidad técnica, sino que además tiene la frescura del instante mismo en el que suceden las cosas. Es el registro del aquí y ahora, de la efervescencia de los seguidores, de la reciprocidad entre el artista y su público. Tito Gutiérrez, integrante del sexteto Pachamama (los "Pachas") lo define con más fibra. "Todo es más sangre", dijo con firmeza.
Tanto que ahora los "Pachas" se animan nuevamente a la impresión de un CD sin las bondades del estudio de grabación. O con las imperfecciones que puedan surgir en medio de un recital.
Mañana, la formación que se completa con Carlos Gutiérrez, Lautaro Gutiérrez, Claudio Gutiérrez, Charly Aros y Carlos Carrasco, hará sonar más de cuarenta instrumentos sobre el escenario del salón Rainbow del Casino Magic, a las 22. Allí grabarán su segundo disco en vivo -el séptimo de su discografía- formado por trece canciones, una docena de ellas compuestas especialmente. Los acompañará, en percusión latina, el músico Néstor "Chino" Ochoa.
"Lo quisimos hacer así porque el primero nos dio muchas satisfacciones. También como una forma de reconocimiento a tanta gente que nos sigue y apoya permanentemente. Queremos dejar plasmado en el disco esa comunión que hay entre la gente y el trabajo de Pachamama", explicó Tito, anticipándose a la gran noche.
En el espectáculo sonará toda la música andino instrumental, que es un sello de la agrupación mitad argentina mitad chilena. Y el ambiente guardará sin duda el eclecticismo que aporta la variedad y riqueza del ensamble de instrumentos, ya que además de charangos, guitarras, quenas, sikus y zampoñas, habrá idiófonos foráneos como la Kalimba (de origen africano) y el birimbao (utilizado en el Brasil).
"El show tendrá un color y una historia distinta", adelantó Carlitos Gutiérrez.
Con eso, no faltarán las canciones escritas con sentimiento urgente, que no excluyen la furia y el reclamo, como la que le dedicaron al maestro Carlos Fuentealba, asesinado en abril de 2007 durante la represión de manifestantes en la ruta 22. La letra es de Horacio Bascuñán.
El sexteto encontró en el texto de Bascuñán la capacidad de traducir sus sentimientos y de mantener viva la memoria. "De alguna forma queríamos estar presente a través de lo que sabemos hacer que es la música y la palabra", explicó Carlitos.
Pachamama es una agrupación con veinte años de trayectoria. Sencillos, los hermanos Gutiérrez y compañía empezaron con un bombo, una guitarra y un charango, tocando en familia, en peñas y escuelas. Hasta que la sensibilidad por la música andina se profundizó y el profesionalismo los llevó a tener un padrino de lujo como Jaime Torres. Todo un prócer del folclore nacional.
En sus letras y melodías, que en sus inicios fueron neto folclore andino instrumental, fueron sumando mensajes a favor de la ecología y respeto por la "Madre Tierra". También incorporaron ritmos e instrumentos del mundo, sonidos que fueron recopilando como trotamundos a lo largo de sus viajes por la India, Asia, Europa y Latinoamérica. Detalle que los posicionó ante al prensa nacional como un grupo que hace "Música del mundo".
Ahora, los "Pachas" hacen sonar sikus y charangos, pero también tablas hindúes, campanas tibetanas, d´jembé y udú africano, en un repertorio que abarca letras escritas en sánscrito, aymara, quechua y mapugudum. Hasta se dieron el gusto de tocar una canción escrita por el cacique Abel Curruhuinca.
Mañana, después de un año sin subir a los escenarios neuquinos, los "Pachas" grabarán en vivo un espectáculo que intentará ser el mejor desde lo musical, lo audiovisual y lo escénico. "Para eso ensayamos mucho, mucho, porque buscamos la excelencia", dijeron.
De todas formas, el carácter y color del show quedará impreso apenas los músicos den la bienvenida.
