Temperaturas más frías y un poco de humedad, llegaron ayer al sur de California para apoyar a los miles de bomberos, que siguen combatiendo las llamas desatadas hace una semana, aunque todavía temen el regreso de los vientos cálidos que provocaron el siniestro.
Unos 2.500 bomberos seguían luchando contra el incendio "Harris", en el condado de San Diego -200 km al sur de Los Angeles-, considerado uno de los peores de los 23 focos de fuego que desde el domingo de la semana pasada dejaron siete muertos, destruyeron 1.800 viviendas y obligaron a evacuar a unas 640.000 personas.
"No hay llamas, no hay fuego, no hay mucho más que ver en este momento. Es un gran bostezo, y esperamos que siga así", dijo a la prensa la portavoz del cuerpo de bomberos, Roxanne Provaznik, precisando que el "Harris" estaba controlado en 65%.
La ayuda mexicana
Cuarenta bomberos mexicanos han estado luchando contra los incendios en California, en las primeras operaciones de bomberos mexicanos en suelo estadounidense.
"Bomberos son bomberos, no importa si son mexicanos o estadounidenses", dijo Marco Antonio Sánchez Navarro, director de Incendios y Protección Civil de Tijuana (ciudad fronteriza con Estados Unidos).
El poderoso incendio de San Diego, la región más afectada por la tormenta de fuego, llegó a cruzar la frontera con México y calcinó una zona transitada por los inmigrantes indocumentados donde la Patrulla Fronteriza estadounidense halló el jueves cuatro cuerpos carbonizados.
Más al norte de San Diego, en la zona montañosa de San Bernardino, 200 km al este de Los Angeles, los bomberos también lograron dominar en un 65% los dos focos que calcinaron 300 casas y cerca de 400 km2.
En total los incendios han quemado unas 203.000 hectáreas de bosques y vegetación. Los bomberos también han logrado dominar en gran medida el incendio de Santiago Canyon, enfocado en el condado de Orange, al sur de Los Angeles.
Ahora los californianos están amenazados por las consecuencias paralelas del incendio, que ha elevado los niveles de polución del aire (tres veces por encima de lo normal), incrementando la preocupación por los problemas respiratorios. (AFP)