BUENOS AIRES (ABA)- Frío como el aire acondicionado del hotel Sheraton Libertador fue el clima con el que se esperaron los resultados ayer en ese lugar, elegido como búnker por Jorge Sobisch.
A las nueve de la noche en punto, con los ojos vidriosos el gobernador de Neuquén bajó junto a su compañero de fórmula Jorge Asís a reconocer el fracaso de su intento presidencial: "No nos ha acompañado la gente, pero no por eso podemos descreer de la democracia", afirmó y luego redujo su expectativa a la pelea por el quinto lugar (con Ricardo López Murphy).
Sobisch fue duro cuando se refirió a quienes no lo apoyaron en su provincia: "Es sabido que hubo un sector de mi partido que no trabajó para mi, sino para Cristina Kirchner... No me acompañó el gobernador electo (Jorge Sapag) aún cuando yo lo acompañé para que sea gobernador, pero no me voy a enojar, es una decisión política que tomó".
El postulante a gobernador bonaerense que fue con la boleta sobischista, Juan Carlos Blumberg, brilló por su ausencia y sólo merodearon la sala de prensa la candidata a senadora de la fuerza la ex modelo, Liliana Caldini, y la ex secretaria de la Casa de Neuquén y postulante a diputada, Fanny Agüero.
Quedó así expuesta una de las debilidades del proyecto de Sobisch, que fue no haber encontrado nunca un equipo de gestión que lo pueda acompañar más allá de un círculo de dirigentes íntimo proveniente de su provincia.
Por otro lado, el mandatario neuquino declinó analizar cuánto tuvieron que ver las maltrechas alianzas primero con Mauricio Macri y luego con Alberto Rodríguez Saá en su resultado electoral. "Eso ya es parte de la historia, a partir de ahora hay que trabajar para consolidar éste partido (Provincias Unidas) en la República Argentina". Lo mismo dijo en relación con el impacto que pudo haber tenido el asesinato del docente Carlos Fuentealba. "Yo en mi campaña expliqué hasta el cansancio mi posición al respecto cada vez que se me consultó, más no puedo decir" señaló al respecto.
En cuanto a sus próximos pasos, Sobisch indicó que hasta el 10 de diciembre gobernará la provincia y luego recorrerá el territorio argentino para promover el modelo de país que defiende.
Por su parte Asís se limitó a hacer gestos de aprobación ante las palabras de Sobisch y se retiró en silencio.
Unos tibios aplausos saludaron la partida del político neuquino, lejos de la euforia con que hace casi tres años arrancó su sueño presidencial. Aún cuando el mandatario provincial aseguró que su ingreso en el escenario político nacional "recién comienza".