Domingo 28 de Octubre de 2007 Edicion impresa pag. 20 y 21 > Municipales
ANALISIS: ¿Capricho o visión de futuro?

PEDRO CARAM

Cuando se observa el crecimiento logrado en la villa en los últimos años, la transformación que evidenció en las pasadas dos décadas y se analiza el potencial de desarrollo del lugar, mediante la llegada de inversores millonarios como Emanuel Ginóbili, es difícil comprender por qué tanto lío por un montón de arena acumulada sobre el acantilado. Además de impedir que los pudientes turistas que renten los lujosos departamentos del complejo inmobiliario miren el mar, provocan que se vuele la arena en los días de viento e interrumpen la extensión de la avenida costanera.

No falta quien recuerde que en lo que hoy es la Primera Bajada, la Cero o la Tercera no había más que médanos hasta hace treinta años. "O no te acordás del avión que estaba sobre el médano, donde hoy es el Casino", dicen los memoriosos.

Los médanos desaparecieron en los últimos años de todo lo que es hoy el casco céntrico. Entonces ¿por qué estos 900 metros de duna que van desde el complejo Ginóbili hasta Terraza al Mar deben preservarse?.

Patricia Llonch es contundente en su respuesta: "Forman parte de un sistema natural con un equilibrio muy frágil y es la mejor defensa que tiene el acantilado para atenuar la degradación de los acantilados por procesos erosivos. El problema que tiene todo el casco donde se removió médano y se erosionó la restinga se va a repetir en todo el resto de la costa donde se produzcan acciones de estas características".

Días atrás una enorme porción del acantilado cayó en la

playa y pudo haber aplastado a una familia entera. Casi todos los meses hay desprendimientos y existe mucha preocupación en la villa por el permanente corrimiento del murallón. Se analiza continuar cerrando calles al tránsito y colocar puntales de sostén para intentar revertir el proceso, que a esta altura parece imparable.

"En un momento en el que estamos viendo los efectos de la remoción de los médanos no podemos no entender que son fundamentales para evitar inconvenientes. El médano es la única fuente de arena que recibe la playa. Cuando la playa se hace más delgada y se limita su acción de absorción de los efectos erosivos de las olas el impacto sobre el acantilado es mayor", dice Llonch agregando razones.

Oscar Echeverría también expresó sus argumentos, que al igual a los de Llonch no solamente se limitan a esa línea dunar sino a todas aquellas que aún quedan en la costa. Para fundamentar su posición, el presidente del Codema se refiere a los graves problemas que toda la costa bonaerense sufre por no conservar las defensas dunares. Y promete intransigencia ante cualquier avance en contra de esa decisión.

El progreso parecería obligar a continuar deteriorando el frágil ambiente costero. Insólitamente en este caso el objeto de remover el médano es poder cobrar a los turistas o inversores inmobiliarios un plus extra por "vista al mar". No existe posibilidad, ni aún corriendo toda la arena, de acceder de manera directa a la playa en ese sector, donde los acantilados adquieren la mayor altura de Las Grutas. Pensar en pasarelas de maderas, en recorridos entre la fauna autóctona, en estrategias de recreación que respeten el ambiente, podría ser una alternativa válida si se cree en el turismo sustentable.

Pero es más fácil la acción de la motoniveladora. Como lo fue hace 30 ó 40 años. Épocas en que era importante crecer, a costa de provocar los efectos que hoy se sufren. Tiempos que, es deseable, hayan quedado lejos y que se haya aprendido de los errores del pasado.

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