| Los bomberos que combaten desde hace una semana los devastadores incendios en California tenían ayer la esperanza de ponerles fin, aunque advirtieron que aún quedaba "un largo camino a recorrer" para lograrlo, teniendo en cuenta que aún hay algo más de 20.000 viviendas amenazadas por las llamas. Temperaturas más bajas y vientos más suaves permitieron a los bomberos controlar a los más de 23 incendios que se produjeron desde el domingo último y que provocaron la evacuación de más de 500.000 personas, la mayor de la historia de California. Unos 1.800 inmuebles quedaron reducidos a escombros por el fuego y las autoridades calculan que los daños ascienden a más de 1.000 millones de dólares. Aunque algunos nuevos focos seguían activos, funcionarios del estado dijeron que todos los incendios estarían controlados antes del lunes 5 de noviembre. Los incendios han quemado unas 203.000 hectáreas, según la oficina de servicios de emergencia del gobernador, que agregó que las condiciones climáticos habían dado un respiro a los bomberos, pero que éstos se mantenían vigilantes, pues unas 20.600 viviendas seguían en peligro a causa de las llamas. "El clima permitió a bomberos hacer grandes progresos, pero aún queda mucho", dijo la portavoz Rochelle Jenkins. "El clima está ayudando, pero debemos prepararnos para lo peor y esperar lo mejor, y así es como vamos a proceder en los próximos días", agregó. El Servicio Nacional Meteorológico advirtió que el tiempo podía plantear problemas hoy, con menos humedad y vientos que podrían llegar a 25-40 km/h en cañones y desfiladeros. (AP) | |