Más allá de que se confirmen los abrumadores pronósticos a favor del sector del justicialismo que llegó en mayo de 2003 a la Casa Rosada con el 22% de los votos, uno de los hechos determinantes para el devenir político nacional, a partir de ahora, será la organización que se pueda dar en el peronismo.
Los principales candidatos albergan la savia de esa articulación nacida a mediados del siglo pasado. El Frente para la Victoria de Cristina Kirchner es apenas, según la explicación del titular del PJ bonaerense, José María Díaz Bancalari, una construcción electoral con un acuerdo programático. "No hay movimiento nacional sin el peronismo como eje y motor", dijo "el Mono", un dirigente que pasó por los sucesivos islotes conformados por los presuntos herederos del fundador tras la muerte de éste el primero de julio de 1974.
UNA, el núcleo que encabeza el ex ministro Roberto Lavagna, tiene por soporte partidario la Unión Cívica Radical que todavía domina Raúl Alfonsín, pero no se privó de cantar "la marcha" junto con connotados militantes que responden a Eduardo Duhalde ni de visitar el mausoleo donde debieran descansar en paz los restos de Juan Perón.
Alberto Rodríguez Saá es el más ortodoxo. Tanto que reivindicó al ex presidente Carlos Menem y descalificó a sus adversarios por vergonzantes: "Usan careta", le explicó a "Río Negro".
La restante aspirante a la poltrona de Rivadavia, Elisa Carrió, no renegó de sus orígenes radicales aunque en esta hora, detrás de la segunda colocación para forzar el ballottage, armó una coalición cívica amplia. Claro que, hizo la salvedad, si accede a la Presidencia designará por lo menos tres ministros del "justicialismo republicano" para sintonizar con gobernadores e intendentes, especialmente los del caótico conurbano bonaerense. No tiene un pelo de tonta.
"Yo no me voy a mi casa". La advertencia la hizo el presidente Néstor Kirchner, quien se prepara para dictar
algunas conferencias en el exterior no muchas, sólo algunas, para dejarla maniobrar un poco tranquila a Cristina si prospera en la elección, construir "alternativas sociales" y llamar a internas para normalizar el partido, intervenido en la actualidad por "un agente de la SIDE", según Rodríguez Saá.
Intransigente a la hora de defender este gobierno, Carlos Kunkel tiene el don de la sinceridad.
Sostuvo que, de darse el enroque entre el rey y la reina, habrá "continuidad" en aspectos esenciales. "Cristina anticipó se ocupará más de
la administración pública y del gobierno. Con Néstor vamos a trabajar en los mecanismos de participación no estatales, desde las relaciones con los partidos, con los gremios y las entidades empresarias".
Como informó este diario, no habrá grandes desplazamientos en el gabinete para que no ocurra lo mismo que en Chile, donde la socialista Michelle Bachelet sufrió tropiezos de gestión por haber relevado a casi todos los funcionarios que venían de la época de su antecesor, el añorado Ricardo Lagos. Están en la mira, sí, los cuestionados Julio De Vido y Ricardo Jaime.
Kunkel anticipó que habrá "retoques, ajustes y cambios de hombres", tras aceptar el balance a libro cerrado por esto de "asumir la realidad tal como está". En tal sentido, auguró un vínculo bueno con el titular de la CGT, Hugo Moyano, si es que no se producen ofensas y se tiene presente que la presidenta representa los intereses del conjunto y el camionero los de un sector.
El escritor Tomás Eloy Martínez avisó que los diagnósticos aplicados al peronismo son inútiles, porque éste demuestra gran pragmatismo y una enorme capacidad para modificar forma e ideas. "Se rehace, se rearma, se transforma, se transfigura", mencionó.
A Kirchner lo esperan con el cuchillo debajo del poncho, además del expuesto Rodríguez Saá, otros influyentes como el cordobés José Manuel De la Sota, el salteño Juan Carlos Romero y el ex presidente Duhalde, uno de los que prepara el encumbramiento de Mauricio Macri, jefe de gobierno electo de la ciudad de Buenos Aires por el PRO. El propósito es desgastarlo, aunque no pudieron hacerlo en el 2003, cuando su autoridad flaqueaba bajo el mote de "Chirolita".
Disciplinar la propia tropa también conllevará la convivencia con los radicales K. El candidato a vice, Julio Cobos, puso blanco sobre negro las diferencias, que se ocultan intencionalmente para no espantar a los ciudadanos.
Señaló que hay un 70% de coincidencias con Kirchner pero le reclamó que, apagado el incendio, hay que trabajar con mayor tranquilidad y mejor institucionalidad.
Los opositores son conscientes de sus limitaciones. El diputado Hugo Martín se hizo algunas preguntas en nombre de todos: ¿se está mejor que hace 4 años? ¿ Para qué cambiar el gobierno si cualquier partido es igual? ¿Alcanzan para movilizar (a los detractores K) las ficciones del INDEC, la concentración de las decisiones, las denuncias de corrupción o el incremento de la inseguridad?
Además de trasladar los interrogantes a la población, el dirigente de PRO concluyó: "En 2007 la sociedad no está reclamando un cambio tan fuerte como en 2003. Sólo pide algún tipo de estabilidad y la que vive, por ahora, no le disgusta".
Salvo algún hecho excepcional, los comicios de hoy se celebrarán sin dramas, con un interés moderado y sin demasiadas expectativas por el batacazo.
ARNALDO PAGANETTI
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