CIPOLLETTI (AC).- Robos o tentativas de robos en casas y comercios, ataque a jóvenes para robarle celulares, arrebatos de carteras... Así está hoy el barrio 1.200 Viviendas de Cipolletti. "La inseguridad es cada vez mayor", aseguran los vecinos, que exigen más vigilancia y prevención en el sector.
Desde la comisaría 24 se informó que ayer a las 7.30 detuvieron a dos menores de edad que podrían tener relación con algunos de estos hechos. "Coincidirían las características físicas", indicó uno de los jefes de la unidad. Los sospechosos tienen 16 y 17 años y son conocidos en el ambiente policial. Les secuestraron armas blancas y de fuego.
Pero estas aprehensiones -que se concretaron en la vía pública- no calmaron los ánimos. Durante todo el día los vecinos salieron a los medios de comunicación a expresar su gran preocupación por la inseguridad.
"Lamentablemente es un problema que se ha planteado acá desde hace muchos años. Hay un sector, manejado prácticamente por adolescentes, que vive de la delincuencia", comentó uno de los habitantes del barrio. Aseguró que la situación "se ha agravado" últimamente ante la ausencia de uniformados.
El hombre aseguró que hace unos días a una joven la amenazaron con un arma blanca y le robaron el celular. Poco antes a un estudiante de secundario le sustrajeron la mochila y luego intimidaron a otro joven, también con un arma blanca, para intentar robarle el teléfono. "Tuvo suerte", dijo. "La policía conoce esta situación. Este es un tema serio. Genera ansiedad y angustia en todos los padres que mandamos a nuestros hijos a estudiar", sostuvo.
Y no sólo a ellos. También a los comerciantes de la calle Esquiú. Es que en una semana hubo tres hechos. Dos tentativas y un robo con armas en una tienda, donde sacaron una billetera con unos 200 pesos y un celular.
A esto se le suman los arrebatos de carteras y la situación que vivió un policía en su propia casa, también en el sector. Según los vecinos, cincos delincuentes intentaron ingresar a la vivienda, "le barrotearon la puerta y lo amenazaron". Esto ocurrió en la madrugada del viernes, cuando el hombre se encontraba con su mujer y sus pequeños hijos en el interior.
El robo no se cometió. Pero alimentó la sensación de inseguridad.
"Ni siquiera la policía vino a auxiliar a un policía", aseguró indignada una vecina.
La versión policial fue que "son los mismos pibes que andan viendo si hay alguien en las casas y golpean. Si los atienden, corren. No pasó más nada".