Asociaciones de consumidores y la Cámara de Autoservicios y Supermercados propiedad de Residentes Chinos (CASRECH) lanzaron ayer el boicot contra la compra de papas y calabazas hasta el viernes próximo, con el objetivo de que estos productos bajen su precio, tal como sucedió en las últimas semanas con el tomate.

El anuncio fue realizada ayer en la puerta del viejo Mercado de San Telmo, donde consumidores y supermercadistas chinos aprovecharon además para repartir gratis bolsas con papas a los vecinos.

La directora del Centro de Educación al Consumidor (CEC), Susana Andrada, confió en que al igual que con el tomate, el boicot "va a funcionar" y expresó que "la gente tiene una conciencia más responsable". "Así como bajamos el precio de tomate de 18 a 4 y 6 pesos, hoy de los valores de la papa a 6 pesos el kilo y la calabaza a 10 pesos, tienen que bajar porque son aumentos especulativos", indicó Andrada.

El gerente de CASRECH, Miguel Ángel Calvete, remarcó que "ya desde la semana pasada, 736 supermercados chinos comenzaron a restringir la compra de papas y calabazas".

Señaló que desde el Estado se "otorgaron más de 40 millones de pesos en subsidios" a la producción, pero consideró que "el destinatario no fue el que tenía que ser: pequeños y medianos productores". "Ese subsidio quedó en las grandes cadenas de supermercados donde se encuentra la papa a 4 ó 5 pesos el kilo. Pedimos aplicación coherente de los subsidios porque 80 por ciento de frutas y verduras se consumen en comercios de barrio", afirmó Calvete. El titular de Defensa de Usuarios y Consumidores (DEUCO), Pedro Busetti, remarcó que "el aumento de la calabaza durante el año es de 500 por ciento" y precisó que "en enero de este año estaba a 1,70 pesos el kilo y ahora está a 10 pesos".