NEUQUÉN (AN).- Capturar las ruinas de lo que quedó de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Provincial de Neuquén con sede en Challacó (1965) ha sido el objetivo, el motor que impulsó durante un año la mirada de Omar Maraury y Claudia Modugna. Esa búsqueda quedó plasmada en "Universidad de ayer y escombros de hoy", una muestra de fotografía documental que anuncia el pasado como impidiendo su desvanecimiento.

Es también la imagen fotográfica de la lucha de los estudiantes de ingeniería por la nacionalización de la universidad, una victoria que llegó en 1972. Da la sensación de que los hechos reviven con las fotos. Que no hay historia sin foto, no hay relato sin foto, no hay Challacó sin foto.

La muestra, que cuenta con el auspicio de la Facultad de Turismo, será inaugurada el próximo sábado, a las 20, en la Biblioteca de la Universidad Nacional del Comahue. Son veinticinco fotografías capturadas con cámara manual que podrán verse durante dos semanas aproximadamente.

"Es un homenaje al conocimiento, a los ex alumnos de la Facultad. La idea es recuperar la historia como si el pasado estuviera ocurriendo", expresó Maraury.

El fotógrafo comenzó explicando detalles de la composición de las fotos, en las que los restos de las instalaciones del edificio de la Universidad aparecen intervenidas con luces y signos de presencia humana.

"La idea fue incorporar a la foto documental registro de lo humano como manos y pies. También hay fuego, luces artificiales, todo se incorporó en

movimiento y con baja exposición con el propósito de generar algo y sensibilizar al observador. Con la finalidad de mostrar todo lo que se generó en esos escombros, lo que pasó y lo que se perdió... como se destruyó todo eso", detalló.

Modugna, en tanto, advirtió que el trabajo exploratorio o la intervención sobre la imagen los ayudó a procesar "un poco mejor" la realidad que tenían delante de ellos: los vestigios de un sitio que alguna vez albergó a centenares de jóvenes estudiantes (de ingeniería en petróleo, minas e industria) y una veintena de profesores distribuidos en cinco edificios, tres pabellones, un salón de conferencias, una cocina, la biblioteca, una plaza. Y donde funcionó una fábrica de ladrillos.

"Se trabajó incorporando otros elementos como la presencia del hombre, porque era muy fuerte ver tanta ruina. Se intentó mostrar y no mostrar, como una imagen surrealista, algo que está y no está", dijo.

Para retratar el lugar ubicado a 70 kilómetro de Neuquén, los fotógrafos iniciaron un proceso de indagación basándose en los textos del investigador de la universidad, José Echenique. Con esa letra y cámara en mano fueron armando la historia en secuencias de viajes, como si fuera un rompecabezas, alternando las visitas a Challacó con los relatos de algunos protagonistas.

Así fueron capitalizando historias y sucesos que encauzaron la mirada, y la realidad fue tomando forma y contenido ."El edificio lo habíamos fotografiado en otras oportunidades, siempre buscando una composición más plástica; después de la investigación empezamos a buscar la narrativa", contó Maraury.

La muestra ya pasó por la provincia de La Pampa, a principios de este año, y es la continuidad de un trabajo fotográfico que Modugna y Maraury integrantes del grupo de fotógrafos Son Miradas vienen desarrollando en Challacó desde 2004.

Maraury y Modugna hacen eje en la foto documental, siempre con la intención de anexar la imagen con la historia, la literatura y lo social. "La foto es un disparador para mover todo un entorno. Nos emociona, nos compromete", expresó la fotógrafa.

Por eso ahora tienen la mirada puesta en la comunidad mapuche de Ruca Choroi. Los empuja la necesidad de reconstruir la historia de Juan Benigar (el "cacique blanco" defensor de los aborígenes) y retratar la vida cotidiana de las personas mayores de los pueblos originarios.