BUENOS AIRES (Télam).- El joven escritor chileno Alvaro Bisama editó su primera novela "Caja Negra", en la que se alumbra un Chile oscuro, de Cine clase B, con roquers y sectas religiosas que se mezclan con los rasgos siniestros de lo que fue la dictadura pinochetista.

Bisama, de 32 años, forma parte de la nueva camada literaria chilena, y antes de publicar su novela, fue crítico literario del diario trasandino "El Mercurio".

-¿Tuviste que romper con la generación literaria anterior para abrirte paso?

- Eso pasó cuando era crítico literario junto con Alejandro Zambra en "El Mercurio, que lo hicimos de manera rigurosa. Pero luego me ofrecieron una columna y dejé de hacer crítica dura. Los escritores chilenos antiguos me parecían poco interesantes, pero cuando hacía critica no sabía que me iba a meter en "Caja Negra". Tuve infinidad de líos en esos tiempos: escritores que me fueron a buscar a la redacción del diario porque hice chistes sobre determinados autores de cierto valor canónico académico. Me acusaron de misógino, machista, pero fueron acusaciones delirantes.

- ¿"Caja Negra" es literatura rock o vinculada al pop?

- Yo diría pop, pensando al pop como una cosa más abierta que la música, como una clase de mixtura que podría acercarme a los videos de David Bowie o a cuando los Babasónicos tocaban música satánica allá por el año 98.

- Es un libro de características similares a los editados a finales de los 80

por Alberto Fuguet como "Mala Onda" o "Por favor, rebobinar".

- Me cae muy bien Fuguet, pero no sé si se acerca a lo que hago. Tiene una necesidad documental que yo no tengo, lo digo pensando en "Mala Onda" o en sus películas. Su obra tiene una cuestión biográfica relacionada con sacarle una fotografía a un lugar que puede ser un determinado Chile.

- A veces, a Fuguet se lo criticó por tener una mirada neutral sobre la dictadura en Chile. ¿Coincidís?

- Lo que sucede es que Fuguet se crió en Estados Unidos, y llegó a Chile en los 70. Pero en relación con la dictadura, Alberto fue mucho más arriesgado que otros autores que tocaron el tema con guantes blancos. Pero yo tengo un rollo ideológico más duro. Tal vez la literatura chilena de los 90 tuvo la necesidad de hacer acuerdos, pactar y entregarse hacia una transición con la dictadura, y acá hubo represión, muertos y hay un problema que todavía no se zanjó.

- ¿Cómo aparece el cine en "Caja Negra"?

- En la escritura de "Caja Negra" tuvieron que ver los diccionarios de cine, como el de Miguel Ibáñez, el libro de Diego Curubeto "Cine Bizarro", que en dos párrafos te contaba una historia delirante, como por ejemplo el perro con telekinesis que es cronista de películas de terror.

- ¿De esa manera imaginaste a la dinastía de cineastas Mori?

- Mi idea era que los Mori sean una

metáfora de la cultura chilena. Los Mori pueden ser metáforas de que lo que pasó en Chile en el 73. Uno de los hermanos Mori es protofascista y se pone a filmar películas para el gobierno y el otro, que funciona por afuera de eso, se opone al hermano. Reflejan un poco la división que aún sigue en Chile, hasta qué punto esos cruces de bandos quebraban a ratos el lenguaje de la cultura nacional. Quería jugar con la idea de que un lenguaje de la precariedad puede ser capaz de engendrar historias como la de un carnicero que de ratos hace cine películas de terror.

- El cine es una influencia en tu literatura. ¿Cuanto te influencia la música?

- Mitad y mitad. Durante mucho tiempo fui un gran consumidor de música, soy demasiado abierto en el gusto. Me interesa la música como un lenguaje de cierta eficacia, esa idea de cómo en el pop, tres minutos y medio pueden contener un mundo completo. Es la mejor definición de pop, creo. A esto se suma la teoría del videoclip. Yo fui formado en los 90 cuando el videoclip se transformó en una suerte de arte, cuando aparecieron Michael Gondry, Spike Jonze, David La Chapelle, David Fincher. También hubo cierto tipo de televisión como "Twin Peaks", con David Lynch, hasta Chirs Carter de "EXpedientes secretos X". También me gusta Josh Whedon que escribía 'Buffy la cazavampiros', que me parece memorable, y le sumaría a David Chase, autor de "Los Soprano". Ahí hay una suerte de lenguaje que me interesaba. También leo mucho comics, "Caja negra" fue escrito mientras leí al tipo que escribió Mazinger, Nagayi.

-También te referís a las sectas. En Chile tuvieron notoriedad algunas sectas como la que existía en Colonia Dignidad.

-Cuando era chico, viví en una ciudad que se llama Villa Alemana, donde hubo una suerte de vidente que veía a la Virgen y que luego se volvió transexual (risas). Te juro que es real. La virgen de Villa Alemana tuvo su pico de popularidad en los 80, era una virgen que odiaba a los comunistas y los rusos, y daba mensajes contra los rusos. Por esos años, las sectas y ese tipo de mitos eran parte del paisaje urbano, gente que miraba el sol y sufría alucinaciones. Era gente que no se drogaba, la Virgen hizo aparecer hostias sangrantes, resucitó muertos, estigmatizados, abrió el cielo y se vio la ciudad sagrada de la nueva Jerusalén, la gente estaba en constante alucinación colectiva. Y te juro que esa gente no tomaba ácido lisérgico.