Somos alumnos de 7º grado de la escuela Nº 148 de Zapala y queremos expresar nuestro descontento por la promesa incumplida del Sr. Miguel Huenulao de desarrollo y mantenimiento de espacios públicos de la municipalidad de Zapala, que ofreció juegos para el patio de nuestra escuela en el año 2004.
A pesar de las solicitudes realizadas por la dirección, que deseaba tenerlos en las bodas de plata (15/03/07), no hemos tenido aún una respuesta.
Aunque es el último año que estamos en la escuela, deseamos los juegos para todos los chicos del establecimiento, ya que no tenemos otra distracción y además embellecerían el lugar.
Esperamos que este medio sirva para obtener nuestros preciados juegos.
Hace más de 9 años que trabajo en el laboratorio Austral SA de la ciudad de Neuquén y 3 años y medio que padezco migraña severa crónica.
En enero de este año soy citada por la médica laboral, representante del laboratorio donde trabajo, para una entrevista en la que analizaría mi caso. Cuando me presento, fui interpelada por ella recibiendo maltrato psicológico y agresiones verbales por mi condición. Entre las cosas que me dijo en ese momento fueron: "¿Vos querés que te echen o te den el premio al ausentismo?", entre otras cosas...
Fui nuevamente citada para el día 20 de setiembre del corriente año, encontrándome bajo certificado médico extendido por otro médico laboral, por lo que me presento con todos los estudios realizados, historia clínica y la medicación que estoy tomando. En este nuevo encuentro soy una vez más maltratada por la doctora, la que puso en tela de juicio mi diagnóstico y enfermedad, minimizándola y cuestionando a sus colegas que me habían atendido; dijo que yo invento todo, incluso que el medicamento que estoy tomando "tegretol 200" (Carbamazepina) es sólo un analgésico simple, cuando en realidad es un antiepiléptico, neurotropo y psicotropo según prospecto, el cual sólo me es expendido bajo receta archivada debido a su complejidad. La doctora me dijo que la medicina es una ciencia y que no hay que creer todo lo que dicen los médicos. Por lo que yo le pregunté: "Entonces, ¿no hay que creerle a los médicos? ¿usted es médica?" Y ella me respondió: "No, soy veterinaria" , tratándome de animal. Todo esto en tono intimidatorio. Y no reconociendo los certificados médicos presentados, me dio de alta y me intimó a presentarme a trabajar el día lunes 24 de setiembre en mi horario habitual.
Al señor Fabián Salvado le pregunto:¿ usted sabe qué clase de persona tiene como médica laboral y cómo trata a su personal? Con el respeto que me merece, creo que no sabe quién es la doctora. Usted siempre dijo que el laboratorio es una gran familia y así lo creo, pero en esta gran familia, ¿a usted le parece que haya una persona que por tener un título crea que puede tratar mal a su personal, a su familia? La verdad es que como médica y como persona deja bastante que desear.
En agosto del 2006 se inició un proceso realmente inédito e histórico en la Administración Pública provincial (paritarias sectoriales), en el que por fin los trabajadores de Salud Pública comenzábamos con la participación de todos los sectores o por lo menos de aquellos a los que realmente les importó el asunto a perfilar un convenio colectivo de trabajo y una carrera sanitaria, que nos garantizara nuestros derechos y garantías consagrados en el artículo 14 bis de la Constitución nacional, en los tratados y convenciones internacionales adheridos (artículo 75 inciso 22), en los artículos 37 a 40 de la Constitución provincial y otras leyes pertinentes... y que nos diera una salida a la crisis que por más de una década ha venido agobiando y destruyendo al sistema de Salud Pública provincial.
Llama grandemente la atención que por motivos no del todo esclarecidos... y la complicidad silenciosa de absolutamente todos, este proceso quedó trunco. Sin embargo, es rescatable lo logrado: principios básicos, ámbito de aplicación, agrupamientos, regímenes laborales ordinarios y extraordinarios y algunas otras cosas, obrante en expediente Nº 3250-007707/06 Poder Ejecutivo s/ convocatoria a negociación colectiva s/decreto 572/06.
Dejando al rezago lo antes dicho, preocupa seriamente lo que nuevamente se ha dado en llamar "el ámbito de discusión"... , para encontrar "la solución de fondo" a la crisis del sistema de Salud, máxime cuando éste se ha gestado a partir de encuentros y negociaciones secretos en la casa particular de un legislador, hoy vicegobernador.
Por otro lado, es más grave y vil aún pretender, con discurso grandilocuente, legitimar en asamblea y democratizar lo previamente negociado en secreto, más aún si se parte de la premisa de que hubo reserva en la admisión. ¿Quiénes fueron los invitados?
Lo negociado o lo que se negociará ¿qué garantías legales / constitucionales tendrá? ¿ley, decreto o convenio colectivo?
Somos muchísimos los convencidos de que la problemática de la Salud Pública nos importa y afecta a todos, y que la verdadera construcción de los derechos de los trabajadores del sector sólo puede hacerse a partir de ellos mismos y no de negociados secretos de una corporación determinada... la misma que a lo largo de un año ha venido entorpeciendo y dilatando intencionalmente la mesa paritaria.
Invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia, insto y reclamo, a fin de que se garanticen y promuevan los legítimos mecanismos democráticos y constitucionales para la resolución del problema de los trabajadores de la Salud y la construcción de instituciones más dignas y más sanas, para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres y mujeres que deseen habitar o transitar el suelo de nuestra provincia y hacer uso del sistema de Salud Pública provincial, amén.
Todas las organizaciones una vez más conmemoraron con su habitual hipocresía "el día de la raza".
El festejo, como siempre, fue que hace cientos de años cortaron millones de cabezas y con millones de litros de sangre bañaron el suelo americano.
Quinientos años después, Dios sigue sin estar en un libro de tapas rojas y quizá tímidamente pueda "habitar en el corazón de los que creen".
Camino hacia el final de las razas, te pido perdón en nombre de la mía, "te pido perdón en nombre de la raza humana" y alzo mi copa llena de sangre y pido una gota de luz para esta América india.
Asombrado asistí en estos días a lo que los medios y muchos de sus actores dan en llamar la guerra del rugby vs el fútbol, por supuesto que el punto cúlmine lo dio que se deba correr el horario del superclásico en beneficio del partido Escocia-Argentina; y a partir de eso, centímetros de papel en periódicos y minutos de aire en radios y televisión ironizando a favor de uno u otro deporte, una verdadera vergüenza para aquellos cuya obligación debiera ser informar objetivamente en vez de buscar instalar polémicas que poco construyen .
Hasta aquí el hecho sensacionalista. Vacío de contenido; vacío de mensaje; vacío.
Pero también deberíamos rescatar elementos de esta realidad que hoy pocos nombran y que entiendo que es el motivo por el cual hoy miles de argentinos estén con los Pumas. Que estos hombres que hoy nos representan tengan tanto rating aun cuando quienes los miran por los medios entienden poco o nada de mauls, rucks y otras palabras propias de este deporte.
Son actitudes y acciones dentro y fuera del campo con las que este equipo de rugby refleja valores que hacía mucho tiempo como sociedad no observábamos. Por ende, nos pone orgullosos al observar que un equipo de argentinos que nos representan como país en el Mundial de Rugby de Francia nos muestra así al mundo y también a nosotros mismos.
Los valores que muestran en sus acciones son simples, de pocas palabras, pero muy concretos.
Sentimiento de amor a nuestra patria, el país entero habló y se emocionó de ver quince argentinos que cantaban y sentían nuestro himno como pocas veces se había visto por televisión, sentido desde el orgullo de representar a nuestro país en buena ley.
Honestidad y responsabilidad en el cumplimiento de su rol, en este caso como jugadores de rugby y representantes de un país, respetando en todo momento que la búsqueda del resultado sea acatando el reglamento existente, entendiendo que tan importante como ganar o acaso más lo es hacerlo en buena ley, cumpliendo las normas que regulan la actividad, en este caso el rugby y no a cualquier precio.
Respetando al oponente, ya que sin él sería imposible la contienda. Tanto en este deporte como en cualquier tipo de encuentro.
Respetando y aceptando a quienes tienen la función de administrar justicia dentro del juego (en este caso árbitro y jueces), ya que sin ellos sería imposible llevar a cabo la misma.
Entendiendo que la contienda tiene un principio y un fin y que una vez terminada el hasta ese momento tan necesario oponente deja de serlo para trasformarse en un individuo más, sin odios ni rencores. Asombrados los televidentes asistían como el quince irlandés despidió a su oponente con el caballeroso saludo luego de caer derrotados y quedar eliminados del torneo.
Principios sencillos y de sentido común, pero lamentablemente muy poco practicados, quizás de ahí el orgullo y hasta sobrevaloración que produce en muchos de nosotros verlos en la práctica y por un medio masivo como la televisión.
Por eso sería saludableen vez de plantear polémicas y liderazgos de un deporte sobre otro celebrar que es posible trascender nuestras fronteras y mostrar de lo que somos capaces en buena ley y pensar que mientras más de nuestros niños y jóvenes conozcan e incorporen estos valores, ya sea practicando rugby o cualquier otra actividad que los defienda y promueva tanto o más que el rugby; e incorporen éstos a su vida cotidiana. Estas personas el día de mañana no sólo podrán triunfar en el exterior como hoy lo hacen nuestros Pumas y disfrutar del deporte que aman como medio de vida, sino también como sociedad contaremos con ellos como integrantes y en la medida que mantengan estos valores tanto dentro como fuera de la cancha podremos ir construyendo una sociedad como gran parte de los argentinos quisiéramos tener: responsable, respetuosa, con ansias de triunfo pero el triunfo en buena ley, con respeto de quienes administran justicia y de nuestros terceros.
