El descenso diario del buen uso de la lengua en diversos ámbitos, el empobrecimiento de los contenidos y la ignorancia y difusión de contravalores que esgrimen algunos productos dirigidos a los jóvenes forman hoy parte indiscutida de la realidad, a la que muchos critican y pocos combaten.
El ex rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Guillermo Jaim Etcheverry ahonda en la actual caída del aprendizaje. “Para actualizar el conocimiento hay que tener algo que actualizar; por eso ese slogan de “aprender a aprender” es una trampa. Siempre los maestros buscaron que los chicos aprendan a aprender, pero aprendiendo algo, no en el vacío de conocimiento”, puntualiza.
Agrega que con esa idea “estamos dejando a nuestros chicos con una ignorancia total que es llenada claramente por aquellos que les hacen despertar apetencias que tienen que ver con el consumo”.
Por eso, destaca que el conocimiento “es un tema central”, ya que los chicos, dice, “no van a poder ir a la computadora cada vez que hablan, nos están convenciendo de que el conocimiento en sí no tiene mucha importancia porque todo cambia tan rápido que para qué aprenderlo”.
Acerca de la tarea docente, la definió como “contracultural” y subrayó que “hay que abrir las puertas de las aulas para que salga algo que afecte positivamente en la sociedad ya que la escuela tiene valores que debe tratar de impulsar afuera”.
“Ahora pareciera ser que la escuela es un gran container, cuando la escuela debería abrir, no contener nada, no tener a los chicos ahí mientras los padres trabajan”, remarca.
En cuanto al énfasis que algunos funcionarios ponen en la enseñanza de las nuevas tecnologías, asegura que “la mejor tecnología que se inventó es el contacto con las personas, y no se debe perder”.
En ese sentido, aconsejó que “en lugar de saber qué pasa en el África central sería mejor conversar con el niñito que tienen al lado y al que tal vez jamás le hablaron”.
LAURA HOJMAN
DyN