"Si no gano algo en estos seis meses, me voy..."
¿Qué tan lejos está Daniel Passarella de vencer sus propias palabras dichas hace cuatro meses atrás? O lo que es lo mismo: ¿Qué tan cerca está el entrenador de River de ganar algo y seguir dirigiendo al club de Núñez más allá de diciembre? Está tan lejos y tan cerca a la vez.
River osciló cayó y se levantó tantas veces tantas veces como la irregularidad del torneo Apertura se lo permitió y como la suya propia en el caso de la Copa Sudamericana. En una y otra competencia fue dado por muerto y en ambas resucitó.
El "millonario" llegó a estar casi diez puntos abajo de la cima del Apertura, por eso es que los cinco puntos que hoy lo separa del líder Lanús (27) lo ubica entre los candidatos a ser campeón.
El frente externo no le resultó menos dramático. River estuvo a 25 minutos y tres goles de la eliminación de la Copa Sudamericana, pero aquella noche del 27 de sep
tiembre Radamael Falcao García tuvo su Dios aparte y lo compartió con sus compañeros y todo el pueblo "millonario". Su gol a los 47 minutos del segundo tiempo significó el 4-2 sobre Botafogo y el pase a cuartos de final. Diez días después llegó el triunfazo sobre Boca (2-0) y la vida futbolística ya no dejó de sonreírle a River.
Con el Apertura aún al alcance de su mano, el equipo de Passarella ya trabaja para el frente copero. Con ejercicios regenerativos el plantel entrenó ayer en forma liviana, con miras al partido del jueves ante Defensor Sporting, en Montevideo.
El técnico dispondría el ingreso de Nicolás Domingo en el medio por Oscar Ahumada, y Mauro Rosales en reemplazo de Diego Buonanotte, que no está inscripto en la lista para la Copa.
Passarella sabe que en dos días, cuando pise el césped del estadio Centenario, estará en juego algo más que medio pasaje a semifinales. También lo estarán en parte aquellas palabras suyas de hace cuatro meses.
