JOHANNESBURGO (AFP).- Los Springboks fueron recibidos como héroes esta madrugada a su llegada a Sudáfrica, donde una marea verde y oro de miles de aficionados aclamó a los campeones del mundo de rugby, un título considerado como una buena oportunidad para reforzar la unidad nacional.
"Esperábamos que hubiera gente, pero ha superado lo que imaginábamos", declaró a la AFP el capitán sudafricano John Smit en el aeropuerto OR Tambo de Johannesburgo.
El título de campeones del mundo es "algo para lo que hemos trabajado toda la vida, pero nos hará falta otra vida para asimilarlo", añadió el capitán, que mostraba cicatrices del partido del sábado frente a Inglaterra (15-6). Al aterrizar, John Smit fue el primero en levantar la copa Webb Ellis ante una multitud entusiasta de una 5.000 personas, que vinieron a celebrar el regreso del trofeo a Sudáfrica, que ya fue campeona en 1995.
El wing Bryan Habana, que marcó un récord de ocho tries en el torneo, calificó de "increíble" el recibimiento de sus compatriotas, a los que la policía trató de controlar. El jugador, uno de los dos mestizos que participó en la final al lado de 13 blancos, añadió que quiso "simplemente representar a la nación" sudafricana. "El deporte es un factor de igualdad", en Sudáfrica, señaló, añadiendo: "somos un equipo de 47 sudafricanos orgullosos de regresar a casa".