CIPOLLETTI (AC).- El lugar quedó tal cual como estaba y así logró causar impacto en el público. La ex bodega Flor del Prado fue el espacio elegido para mostrar las obras del III Salón Nacional de Artes Visuales que se inauguró el sábado a la noche en esta ciudad.

"No es un lugar convencional. Es uno de los espacios que tuvo una fuerte impronta en la vida cipoleña y eso es lo que quisimos preservar. No se blanqueó ninguna pared, ni se borraron las huellas que dejó el vino que se caía de los toneles", dijo emocionada Viviana Martín una de las organizadoras del evento.

El acto de inauguración contó con la presencia de casi todos los ganadores, quienes recibieron su premio en una emotiva ceremonia. Luego se realizó un espectáculo musical y el público comenzó a evaluar por sí mismo la calidad de las 155 obras plásticas que se encuentran en exposición.

El salón se puede visitar hasta el 8 de noviembre de lunes a jueves de 10 a 13 y de 15 a 20, los viernes en el mismo horario de mañana y de tarde entre las 15 y las 22 y los sábados y domingos a partir de las 16.

El edificio donde funcionó la cooperativa Viñateros Unidos y la bodega Flor del Prado está ubicada en San Luis y Mariano Moreno.

Además de las obras del salón, también hay una muestra de fotografías que ilustran parte de la historia de Cipolletti y se instalaron algunas de las esculturas que se realizaron durante el encuentro de septiembre en el Parque Rosauer.

Un lugar especial está destinado a los colegios primarios y secundarios. Se organizarán visitas guiadas especialmente para los niños y adolescentes que concurren a estos establecimientos. Eso sí, las escuelas interesadas deberán inscribirse en la dirección general de Cultura ubicada en el quinto piso del edificio municipal de Yrigoyen 379, de 8 a 14. El objetivo es que no se superpongan y que todos puedan apreciar los trabajos.

Multiplicidad de obras

Esta tercera edición del salón comenzó con el pie derecho. La cantidad de obras que se presentaron duplicaron la cantidad del año anterior. Fueron 442 de las que se eligieron 155: 25 creaciones en cerámica, 29 en fotografía digital, 29 en grabado y arte impreso y 72 en pintura.

En cuanto a los premios, el primero para la categoría cerámica recayó en Carlos Leporace ("Un toque azul") y el segundo en Nacho Rodríguez ("Lindo pero hueco"). En fotografía digital fueron para Sergio Fasola ("Paula") y Julieta Chiappano ("Hecate"); en grabado y arte impreso se reconoció el trabajo de Ariel Kofman ("Televidente con interior y abismo") y el de Alejandra Rodríguez ("Murallas inalcanzables") y en pintura a Jorge Zana ("Voy perdiendo gravedad") y Carlos Giusti ("Desamparo").

La menciones especiales del jurado fueron -en el mismo orden de categorías- para Julio César Cando, Federico Levato, María Ester Constant y Emilio Reato.

El jurado estuvo conformado por Horacio Beccaría, docente y grabador con obras expuestas en museos nacionales y del exterior; Norberto Pagano, dibujante, pintor y muralista; y Oscar Smoje, director de Salas Nacionales de Exposición. También por Emilio Villafañe, ceramista con numerosos premios nacionales, y Carlos Magliarelli, director general de Cultura de Cipolletti, fotógrafo y docente.