El presidente estadounidense George W. Bush condenó "firmemente" ayer el ataque llevado a cabo por el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) contra el ejército turco, que mató a 12 militares en la frontera entre Turquía e Irak.
El presidente Bush "condena firmemente el ataque llevado a cabo en la provincia de Hakkari y expresa sus condolencias a las familias que perdieron seres queridos y a todo el pueblo de Turquía", indicó Gordon Johndroe, un portavoz de la Casa Blanca. "Estos ataques son inaceptables y deben parar ahora".
Los ataques desde territorio iraquí deben ser solucionados rápidamente por el gobierno iraquí y las autoridades regionales kurdas", añadió Johndroe.