Sábado 20 de Octubre de 2007 Edicion impresa pag. 45 > Sociedad
El viento hizo "volar" a un chico en Chos Malal
Ezequiel rodó por el cerro y tuvo varias heridas. Las ráfagas alcanzaron más de 120 kilómetros.

NEUQUEN (AN)-ZAPALA (AZ).- "El viento lo hizo volar como si fuera una mosca y se arrastró por el cerro, entre las piedras. Por suerte Ezequiel ya está bien", explicó ayer Digno Olivares, el tío del chico que el jueves literalmente "volado" por las ráfagas de más de 120 kilómetros por hora que azotaron la zona.

El niño fue trasladado de urgencia al hospital de Chos Malal donde inmediatamente definieron su derivación al Castro Rendón de esta ciudad.

Ayer tenía yeso en uno de los brazos, algunos vendaje y una lesión en las rodillas.

Todavía asustado, el chiquito anoche le dijo a este diario que fue "el viento el que me llevó y pegué con las piedras". Ezequiel está en el Castro Rendón hasta donde llegó el reportero gráfico de este diario.

"Fue un susto grande porque fue algo raro, los chicos andan siempre por ahí pero se ve que las ráfagas fueron terriblemente fuertes", comentó su tío, que vive en Neuquén. En realidad, Olivares el tío de Jovita, la mamá del chiquito que va a cuarto grado,

Jovita es la portera de la escuelita del un paraje Trailatue, ubicado a unos 27 kilómetros de la Ruta 40 que lleva a Chos Malal. Su casa está a unos cinco kilómetros de la escuela al que todos los días en su bicicleta.

El jueves a la tarde, cuando pedaleaba entre los cerros, una ráfaga lo derribó del rodado, lo mismo que a uno de

sus amigos con quien iba a clases. Cayó varios metros "se golpeó todo el cuerpo y sufrió algunas escoriaciones en la cabeza, parece que se dio con muchas piedras", explicó Olivares ayer a este diario.

Tras el accidente, los compañeritos le avisaron a la directora del colegio que en su auto buscó a Ezequiel y al

otro chiquito. La directora primero levantó a Jovita y luego fue al nosocomio de Chos Malal donde definieron la derivación a Neuquén.

Ayer se vivió otra jornada ventosa en la región. En Zapala, el temporal tuvo ráfagas de hasta 120 kilómetros por hora. El fenómeno no provocó voladuras de techo ni tampoco se registraron evacuados pero el personal de Defensa Civil se mantenía en estado de alerta.

El viento comenzó a soplar con fuerza desde la madrugada pero alcanzó su pico máximo entre el mediodía y las primeras horas de las tarde de ayer. A esa altura, la velocidad era de 82 kilómetros por hora con ráfagas que alcanzaban los 120 de acuerdo a los registros del aeródromo local.

"No tuvimos que intervenir para auxiliar gente a lo largo de la jornada aunque nos mantenemos en situación de alerta para actuar si la intensidad del viento aumenta en horas de la noche", explicó Mario Vega, titular del área de Defensa Civil zapalino.

Algunos árboles caídos y ramas desprendidas en diversos puntos de la ciudad fue el saldo del fenómeno. Ayer al atardecer, la velocidad del viento había disminuido tal como lo anticipaba el servicio meteorológico.

"Las tareas de prevención que realizan algunas cuadrillas controlando el estado de los árboles dio resultado porque no tuvimos mayores problemas", destacó el funcionario comunal.

El servicio de energía eléctrica que presta la Cooperativa no se vio interrumpido como sucede habitualmente en este tipo de vendavales y lo mismo ocurrió con la prestación telefónica.

"El pronóstico indica que hoy la intensidad del viento será de entre 30 y 40 kilómetros pero de todas formas tenemos listo para atender eventuales problemas en caso de recibir solicitudes", concluyó Vega.

 

" En la comarca: Las ráfagas de 110 kilómetros por hora a las 13 fueron las más fuertes que se sintieron ayer en la comarca petrolera. Si bien no hubo accidentes, las complicaciones se multiplicaron con el corte de algunos cables de luz o de teléfonos y caída de carteles.

En algunas escuelas se suspendieron las clases durante la tarde. Tanto Defensa Civil como los bomberos voluntarios estuvieron atentos ante el requerimiento de los pobladores.

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