Sábado 20 de Octubre de 2007 Edicion impresa pag. 39 > Policiales y Judiciales
Hallaron degollado a un carpintero en Junín
Un compañero de la víctima se topó con un sospechoso que huía. El presunto asesino tiene 17 años y sufrió heridas de arma blanca. La Justicia dispuso la detención extraordinaria del menor de edad.

JUNIN DE LOS ANDES (ASM).- Madrugada de terror en Junín de los Andes. Un vecino de 58 años fue degollado en su lecho, al parecer por un joven de 17 quien hasta anoche era el único sospechoso del bárbaro crimen.

El menor fue hallado con heridas cortantes a 100 metros del lugar y apenas unos minutos después de un desesperado llamado de auxilio, proveniente de la casa de la calle Pañil al 181.

La víctima fue identificada como Mario Jara, de 58 años, un carpintero del barrio Lanín, el más populoso de esta ciudad. De momento no estaría claro el móvil, ya que no se habrían chequeado faltantes ente los bienes y pertenencias de la casa que hace esquina en Pañil y Gregorio Alvarez, aunque no se descarta que el desenlace fuese consecuencia de un frustrado robo.

En cualquier caso, fue un compañero que alquila la vivienda con Jara quien se encontró con el terrible cuadro y dio aviso a la policía. De hecho, alcanzó a cruzar unas palabras con quien podría ser el victimario.

El joven sindicado como presunto autor, permanecía en observación por sus heridas en el hospital local, bajo custodia policial y a disposición de la justicia del menor, en tanto que la Fiscalía Penal había activado los mecanismos que en estos casos impone la ley de defensa de la minoridad, adolescencia y familia. Ayer se esperaba la

orden de la justicia para que el municipio trasladara, con custodia policial, al sospechoso a la capital neuquina. Allí se le realizarán estudios psiquiátricos.

La justicia ordenó una detención extraordinaria, basándose en la ley del del niño.

A las 2:50 de ayer, un llamado telefónico alertó a la comisaría 25 sobre un hecho de sangre ocurrido en una cabaña de dos pisos.

A su arribo, la comisión policial fue recibida por un hombre visiblemente conmocionado. Hasta minutos antes había dormido en la habitación contigua a la de Mario Jara, su compañero de alquiler, quien yacía tendido sobre su cama, con la garganta abierta por un mortal tajo y en medio de una mancha de sangre sobre las cobijas.

El vecino relató a los agentes que minutos antes había escuchado un fuerte ruido que le interrumpió el sueño. Cuando salió de su habitación hacia el pasillo de la planta alta, se encontró con una persona que abandonaba el cuarto de su compañero. Aún conmovido por el extraño suceso, alcanzó a increparle por su presencia en la propiedad, a lo que el extraño respondió con una dramática carrera por la escalera

y hacia la planta baja. Allí, rompió los vidrios de las ventanas que dan al frente de la casa, para escapar.

Sin embargo, momentos antes habría entrado al domicilio por otra parte, según se presume. En el piso de la planta baja se halló un cuchillo ensangrentado de unos 30 centímetros, que será sometido a pericias, al igual que una llave que se encontró en la acera de la misma casa.

El vecino, en tanto, fue directo a la pieza donde se encontró con el ensangrentado cuerpo de Jara. Luego arribó el primer contingente policial, que constató el hecho y, con las señas aportadas por el único testigo, se inicio la búsqueda con un inestimable aliado: un reguero de pequeñas manchas de sangre que salían de la propiedad y cuyo rastro podía seguirse hasta la calle Cacace, a 100 metros de allí.

Ya en ese sitio, los policías se encontraron con una mujer en plena vereda, que pedía ayuda convencida de que su hijo había sido atacado y estaba herido. En efecto, los agentes se encontraron con un joven que exhibía heridas cortantes en una mano y una pierna, y que segundos antes había llegado así a su domicilio.

El menor dijo que había sido atacado, aunque no trascendieron otros detalles de esa supuesta agresión o pelea. El caso es que mientras se certificaba la identidad y edad de quien luego se comprobaría era menor, fue llevado al hospital para ser atendido de sus lesiones.

Si bien cuando este diario consultó la situación del joven no se aseguró que estaba detenido, fuentes extraoficiales dijeron que permanecía bajo custodia por los múltiples indicios que lo sindicaban hasta ese momento como único sospechoso del crimen de Jara. El menor, se supo, provino de la comarca petrolera de Cutral Co y Plaza Huincul, y se había asentado en Junín de los Andes desde hace no más de 20 días.

Jara también era nativo de aquella zona, aunque se domiciliaba aquí desde hace largo tiempo. El cuerpo del carpintero será sometido a una autopsia.

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